50 años de regulación del comercio de aves sudamericanas: lecciones y retos

Un nuevo informe describe el comercio de aves en Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam, su regulación y los resultados de conservación.

Coloridas plumas del guacamayo rojo.

Sudáfrica fue el principal exportador mundial de loros sudamericanos entre 2000 y 2013 después de que los países de la Amazonía "abandonaran la posibilidad de producir y exportar vida silvestre de forma legal y competitiva", afirma un nuevo estudio sobre el comercio de aves en América Latina que abarca desde finales de la década de los 1960 a 2016.

Los hallazgos del reporte, escrito por TRAFFIC y apoyado por WWF, se publican en “A vista de pájaro: lecciones de 50 años de regulación y conservación del comercio de aves en los países amazónicos”, un informe que brinda una descripción general del comercio de aves en Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam, el recuento de su regulación y sus resultados como herramienta de conservación de especies y hábitats.

La comercialización de aves y sus productos desde la región data de muchos años. Después de décadas de explotación intensiva y disminuciones masivas en muchas poblaciones de aves, en 1967 Brasil se convirtió en el primer país sudamericano en prohibir el comercio de animales silvestres, estableciendo la cría en cautiverio como alternativa económica de bajo impacto sobre la conservación de las especies cazadas. Así se da inicio al comercio ilegal de vida silvestre en la región.

Durante las décadas posteriores, cientos de miles de aves fueron capturadas en todos los países para abastecer el comercio internacional, muchas de ellas a través de canales legales en países en los que aún no se prohibía su exportación como Argentina, Bolivia y Paraguay. En los años de 1980, hasta 10,000 guacamayos jacintos (Anodorhynchus hyacinthinus) fueron exportados; muchos terminaron en instalaciones de cría en cautiverio en otros países, donde los costos de producción eran menores que en Brasil. Como resultado, las poblaciones silvestres de la especie fueron diezmadas, aunque en algunos sitios de Brasil se está recuperando gracias a acciones sostenidas de conservación. Mientras los países de distribución de la especie luchan para evitar su extinción, desde Filipinas se exporta legalmente la mayor cantidad de especímenes de esta especie en el mundo.

Birds Eye View overview ES

La situación en Brasil –la prohibición total de la captura de aves con fines comerciales- se reflejó ampliamente en Ecuador y Colombia sin que la cría en cautiverio fuera establecida como opción en estos dos países. Ahora, un incentivo económico cada vez más importante para la conservación de las aves en los tres países es el turismo de observación de aves. Perú también se está promoviendo activamente como destino de observación de aves, pero junto con Guyana y Surinam, el país también permite la exportación de 101 especies de aves capturadas en vida silvestre, todas especies relativamente comunes.

Entre 2000 y 2013, Perú exportó comercialmente 37,233 aves incluidas en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), lo cual representa una quinta parte de dichas especies exportadas de los países Amazónicos. Entre 2000 y 2016, Guyana exportó 145,000 aves pertenecientes a 24 especies incluidas en el Apéndice II de CITES, siendo la Amazona de alas naranjas (Amazona amazónica) la más exportada. Esta misma ave es la más exportada por Surinam: 74,890 aves, entre 2000 y 2013.

Aunque las prohibiciones han provocado la desaparición de la venta de aves en las calles de casi todas las ciudades de Sudamérica, una buena parte de ese comercio se ha ocultado. Perú, tanto como receptor y fuente de especies de aves silvestres, es el mayor desafío regional, aunque Brasil sigue teniendo un grave problema con el comercio interno de aves canoras, a pesar de los esfuerzos que hacen las autoridades para aplicar la ley. Cada año se confiscan en ese país entre 30,000 y 35,000 aves, un número que no ha variado significativamente en los últimos 15 años.

En general, el estudio señala que el comercio ilegal internacional de aves sudamericanas se ha reducido a su nivel más bajo en décadas, aunque esto se debe principalmente a que las especies de aves más buscadas por los coleccionistas ya existen en la mayoría de los países consumidores.

“La pérdida de hábitat sigue siendo la mayor amenaza para las especies de aves en los países Amazónicos, mientras que la prohibición de la exportación del comercio de aves en la región ha tenido algunas consecuencias inesperadas, como la exportación efectiva de los recursos de biodiversidad de la región y la eliminación de posibles incentivos económicos para conservar hábitats y especies”, comentó el autor del informe, Bernardo Ortiz von-Halle.

“Las complejidades del comercio de aves han sido subestimadas: para asegurar un futuro para las aves en la región cada vez más amenazadas necesitamos estrategias integrales que busquen con urgencia detener o revertir la destrucción del hábitat, complementándolo con incentivos económicos para la generación de ingresos locales a través del turismo y el uso sostenible de los recursos naturales. Esto ofrece el mejor camino hacia adelante para la extraordinaria diversidad de las aves en América del Sur", concluyó el experto.

Acerca de TRAFFIC
TRAFFIC es una organización no gubernamental que monitorea el tráfico de la vida silvestre a nivel mundial, en el contexto de la conservación de biodiversidad y el desarrollo sostenible, cuya misión es asegurar que el comercio de animales y plantas silvestres no sea una amenaza a la conservación de la naturaleza. Más información en: www.traffic.org