Cómo los puentes de dosel ayudan a la vida silvestre en lo denso de la Amazonía
- Fecha: 23 julio 2024
- Autor: Mark Johanson
Con la ayuda de un arnés alrededor de su cintura y un casco en la cabeza, Vania Tejeda podría fácilmente alcanzar la cima de una montaña. Sin embargo, aquí, en lo profundo de la región amazónica de Madre de Dios, en Perú, no hay seña alguna de tierras elevadas. En cambio, la exoficial de vida silvestre de WWF-Perú tiene sus ojos puestos en una imponente higuera.
Usando sus bíceps pero principalmente sus piernas, Tejeda asciende unos 70 pies hacia el dosel de la selva tropical. En el cielo, donde las guacamayas rojas revolotean, hay dos puentes colgantes de cuerda que se inclinan sobre un camino de tierra anaranjado que divide esta selva tropical en dos.
“Tenemos mucha infraestructura, como caminos y sistemas de drenaje, que es útil para las personas, pero muchas veces no vemos los impactos que tiene en la fauna”, explica Tejeda antes de subir, señalando que algunos animales no tienen la capacidad evolutiva o capacidades para descender de las copas de los árboles y caminar sobre el suelo. Este es un gran problema porque “muchas de estas especies arbóreas son dispersoras de semillas y el bosque depende de ellas para regenerarse”.
Este bosque en particular tiene más de 500,000 acres (220,000 hectáreas) de superficie y es una de las concesiones madereras certificadas por el Consejo de Administración Forestal (FSC, por sus siglas en inglés) más grandes de Perú para el manejo forestal. El operador del bosque, Maderacre, sólo extrae un promedio de uno a tres árboles por hectárea cada 20 años. Y como ahí está prohibida la caza, es un lugar con gran biodiversidad. Sin embargo, también está siendo atravesado por caminos forestales.
Ahí es donde entran en juego los puentes de dosel, una medida clave para mitigar y restaurar la conectividad del dosel para la fauna arbórea de la Amazonía, como los puercoespines, los perezosos y los monos, cuyos territorios se han fragmentado debido a la infraestructura lineal. Un solo camino puede aislar a un animal de su refugio, los recursos alimentarios y sus posibles parejas, obstaculizando la vida diaria y dividiendo a las especies en distintas subpoblaciones, lo que puede disminuir la diversidad genética.
Los cruces de vida silvestre terrestre, como pasos elevados y pasos inferiores, se han convertido en populares herramientas de conservación en todas partes, desde el Parque Nacional Banff de Canadá hasta los bosques de Veluwe en los Países Bajos. Después de todo, permiten que los animales silvestres y los conductores humanos estén más seguros. Los puentes de dosel llevan ese concepto a los árboles, pero de una manera mucho más sencilla y rentable.
La misión de Tejeda es comprobar la eficacia de estos puentes viendo cuántos animales y especies los utilizan y con qué frecuencia. El primer paso hoy es revisar las cámaras trampa que colocó a ambos lados de los puentes de Maderacre. Necesita cambiar las pilas y recuperar las imágenes que servirán de base para su investigación. Sin embargo, es una tarea agotadora. Las temperaturas a media mañana llegan alcanzar los 100 grados Fahrenheit (38 C) y la transpiración atrae enjambres de abejas sudoríparas y moscas, creando una gran mancha alrededor de su blusa.
De vuelta en el suelo, la experta en vida silvestre se quita el mosquitero que cubre su cabeza y se dirige hacia una camioneta. Enciende el aire acondicionado, abre la cámara trampa e inserta la tarjeta de memoria en su computadora portátil mientras ve cómo su pantalla se llena con decenas de videos nuevos. En uno, un kinkajú cruza de puntillas el puente como un equilibrista novato, moviendo su larga cola en el aire y buscando un mejor equilibrio. En otro, un mono nocturno se desliza brevemente hacia el puente, mirando por encima del borde con sus ojos de búho antes de regresar al dosel.
Diseñar un puente para un animal silvestre no es fácil, afirma Tejeda. Para empezar, las cuerdas deben ser de polipropileno, que pueden soportar altas temperaturas y humedad y durar varios años. Algunos puentes son simplemente cuerdas que replican enredaderas que unen dos árboles en cada extremo de una carretera. Otras son como escaleras de cuerda largas con peldaños de tubo de PVC espaciados uniformemente.
"Lo que estamos haciendo ahora es pilotear y probar diferentes tipos de puentes con distintos diseños para ver cuáles son los preferidos por las distintas especies", explica Tejeda. Gracias a las cámaras trampa, se sabe que los monos tienden a sentirse más cómodos en puentes con redes de malla entre cada peldaño, mientras que los kinkajús prefieren el apoyo adicional de líneas entrecruzadas en forma de X. También nos hemos topado con otras sorpresas. Los monos han sido mucho más cautelosos al cruzar los puentes; de hecho, pueden durar hasta seis meses analizándolos antes de intentar usarlos. Los kinkajús y los puercoespines enanos comenzaron a usarlos de inmediato.
Tejeda ha colocado casi 20 puentes de dosel a través de estos caminos madereros desde 2022 como parte de un trabajo en alianza con Maderacre y con el apoyo de HP Inc. a través de Forests Forward, el programa distintivo de WWF para la acción corporativa en apoyo de la naturaleza, las personas y un clima saludable. "Al final del proyecto, debemos demostrar que los puentes de dosel funcionan para estas especies y que realmente los están utilizando", comenta. "Entonces, podremos mostrar a más personas que son una herramienta rentable [uno de estos puentes cuesta alrededor de $200 dólares, en comparación con decenas de miles a cientos de miles de dólares por un paso elevado o subterráneo]".
Si todo va según lo planeado, los puentes de dosel podrían convertirse en una medida de mitigación requerida para todas las concesiones forestales peruanas. Sin embargo, para modificar la ley, Tejeda primero necesita recopilar más datos. "La gente tiene que entender no sólo lo que estamos haciendo aquí, sino también por qué lo hacemos", afirma. "Así es como se logra cambiar de opinión".
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