Conservación climáticamente inteligente a lo largo del río Grande

El río Grande (río Bravo) es el alma del desierto de Chihuahua, donde escasea el agua. El río y sus afluentes sirven como fuente principal de agua para unas 6 millones de personas y proporcionan alimento y refugio a varias especies de plantas y animales. Pero el cambio climático, junto con el aumento de la población y la diversificación de las demandas, amenazan el futuro del río y el futuro de quienes dependen de él. Para aumentar la resiliencia del río, WWF y sus socios locales de conservación están restaurando ecosistemas cruciales. Esto incluye transformar áreas ribereñas desmontadas -que fueron taladas hace décadas para satisfacer las actividades mineras y de construcción- en hábitats donde prospere la vegetación local.

Después de estudiar cuidadosamente la cuenca, WWF se reúne con los administradores del Rancho O2, el cual incluye áreas ribereñas críticas para Terlingua Creek, un afluente del río Grande. Los ganaderos están íntimamente familiarizados con la manera en que fluye el agua de la lluvia a lo largo de los 272,000 acres (110,000 ha) del O2 y su experiencia ayuda a identificar la ubicación exacta de las plantaciones y el diseño de las mismas. Los ganaderos también entienden que mejorar las condiciones de la zona aumentará la retención de agua y mejorará la salud del suelo, lo que beneficiará a su negocio.

Las ramas de sauce coyote y de álamo negro se cosechan en varios sitios río arriba en Terlingua Creek, así como a lo largo del río Grande a su paso por el Parque Nacional Big Bend. Las ramas cosechadas se remojan en lagunas durante una semana antes ser plantadas para aumentar la probabilidad de supervivencia después de la plantación.

Utilizando una excavadora y una barrenadora motorizada, el equipo cava agujeros para los palos de sauce.

La replantación cubre 7.4 acres (3 ha) en un área crítica para Terlingua Creek. La vegetación mejorada aumentará la cantidad de agua que llega al río Grande aguas abajo; absorberá el exceso de agua de las lluvias extremas o inundaciones; y reducirá la cantidad de tierra y sedimentos que fluyen hacia el sistema fluvial, obstruyendo sus canales.

Después de plantarlos, los palos se inspeccionan cuidadosamente para determinar su tasa de supervivencia y si serán necesarias plantaciones adicionales.

Además de generar resiliencia contra el cambio climático, a medida que la vegetación crece en esta zona ribereña proporciona nuevos hábitats para la vida silvestre, incluyendo las aves y mariposas monarca.