La agricultura sostenible como parte de la agenda: el caso de la Gran Barrera de Coral

La agricultura es uno de los aspectos más esenciales de nuestra sociedad: sustenta la vida, genera empleos, aporta 3.6 billones de dólares y emplea al 27% de la fuerza laboral mundial¹.

Ahora más que nunca, necesitamos una gestión sostenible de los recursos. Sin gestión sostenible, la producción agrícola consume agua de manera excesiva (alrededor del 70% del agua dulce del planeta). También contribuye significativamente a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera y, en muchos países, ocasiona algunos de los principales contaminantes que llegan a filtrarse en el agua, los ecosistemas marinos, el aire y el suelo.

Las prácticas agrícolas insostenibles no sólo pueden tener graves impactos en el medio ambiente sino también en las personas. Cuando se gestiona de forma sostenible, la agricultura puede ayudar a preservar y restaurar hábitats críticos, mejorar la salud del suelo y mejorar la calidad del agua. Ante la creciente demanda de alimentos, WWF está trabajando con socios importantes, incluyendo los gobiernos, empresas y agricultores, para implementar mejores prácticas de gestión que beneficien tanto al medio ambiente como a los productores.

Caso de estudio: Las cuencas de captación de la Gran Barrera de Coral

Ubicada frente a la costa de Queensland, Australia, se encuentra una de las siete maravillas naturales del mundo y el ecosistema de arrecifes de coral más grande del planeta: la Gran Barrera de Coral. También es un Área del Patrimonio Mundial, lo que significa que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) la ha designado como de "valor universal excepcional" con la esperanza de garantizar su protección para las futuras generaciones.

No es de extrañar, ya que la Gran Barrera de Coral es un intrincado punto de biodiversidad, compuesto por 3,000 sistemas de arrecifes individuales, 600 islas tropicales y 300 cayos de coral. Esta área, que brinda vida a una variedad de plantas y vida marina, como tortugas marinas, peces de arrecife y 134 especies de tiburones, también es una de las atracciones turísticas más populares del mundo. El turismo en el arrecife genera unos 6,000 millones de dólares al año y sustenta unos 69,000 puestos de trabajo en Australia. También alberga una gran industria pesquera.

Sin embargo, la Gran Barrera de Coral es vulnerable a múltiples amenazas, incluyendo la contaminación agrícola, la cual en parte proviene de las plantaciones de caña de azúcar. El escurrimiento de nitrógeno de los fertilizantes agrícolas puede ingresar a los causes de agua y está relacionado con brotes de coronas de espinas, unas estrellas de mar que causan daños al tejido coralino y deterioran los arrecifes. Las coronas de espinas han destruido más del 40% de la cubierta de coral del arrecife.

Para hacer frente a esta situación, en 2009, WWF-Australia unió fuerzas con The Coca-Cola Foundation y, junto a los agricultores, el gobierno australiano y grupos de gestión de recursos naturales (Reef Catchments, NQ Dry Tropics y Terrain) nació Project Catalyst.

Project Catalyst trabaja directamente con los agricultores de caña de azúcar para ayudarlos a identificar y probar prácticas vanguardistas que pueden reducir su huella ambiental y al mismo tiempo mejorar la producción de los cultivos. Es un proyecto único en su tipo ya que demuestra la conexión que existe entre los ecosistemas. Los esfuerzos comienzan en la granja, incluido el manejo del suelo para maximizar el rendimiento de los cultivos y la evolución de planes de manejo de productos químicos que reducen la escorrentía de residuos químicos al agua dulce cercana. A partir de ahí, los agricultores también están trabajando para mejorar la gestión del agua y desarrollar planes de gestión de nutrientes que ayuden a reducir las pérdidas de nutrientes en los arroyos que discurren a lo largo de las cuencas de captación de la Gran Barrera de Coral en la costa norte de Queensland.

En total, hay aproximadamente 4,000 productores que cultivan 378,000 hectáreas de caña de azúcar en las cuencas de la barrera. Cuando el proyecto comenzó en 2009, Project Catalyst solo trabajaba con 19 de esos 3,777 agricultores. Durante 14 años de implementación, el proyecto apoyó a 209 productores de caña de azúcar con pruebas de prácticas innovadoras y la adopción de mejores prácticas para mejorar la calidad del agua que fluye hacia la Gran Barrera de Coral. En las seis regiones de Gestión de Recursos Naturales en la Cuenca de Captación de la Gran Barrera de Coral, el proyecto funciona en tres áreas: Trópicos Húmedos, Burdekin y Mackay Whitsunday. En total, el Proyecto Catalyst ha trabajado 47,390 hectáreas de tierras agrícolas, más del doble del tamaño del Parque Nacional Arcadia, que representa el 13% de las tierras agrícolas de caña de azúcar en Queensland.

Plantación de caña de azúcar en Queensland, Australia.

Desde 2019, los agricultores han evitado que 36.2 toneladas métricas de nitrógeno inorgánico disuelto ingresen a la Gran Barrera de Coral, de las cuales 5.2 toneladas métricas han sido de Mackay Whitsundays, 5.8 toneladas métricas de Burdekin y 25.2 toneladas métricas de los trópicos húmedos. Estos prácticos cambios han demostrado una importante reducción en las cargas contaminantes que han dado como resultado una mejor calidad del agua que a su vez ha reducido el riesgo de pérdida de biodiversidad entre los corales. Y esto se ha logrado con los esfuerzos de tan solo el 5.5% de los productores de caña de azúcar en Queensland.

Este proyecto está en curso y cuenta con socios operativos como The Coca-Cola Foundation, Reef Trust y Catchment Solutions.

Nuestro mundo está creciendo rápidamente y, a medida que nuestra población siga aumentando, también lo hará la demanda de producción de alimentos y la demanda de los preciosos recursos de nuestro planeta. Es más evidente que nunca que necesitamos ampliar y acelerar las prácticas sostenibles para detener los efectos negativos que la agricultura puede tener en nuestro planeta y en todos los que lo llaman hogar. Como siempre decimos, un negocio sano depende de un planeta sano. A través de mayores esfuerzos como Proyect Catalyst, la industria agrícola puede ser parte de la solución. Al utilizar prácticas agrícolas más respetuosas con el planeta, incluyendo la mejora de la calidad del agua mediante una gestión responsable del agua, el fomento de la conservación de la biodiversidad y la reducción de los impactos que pueden tener los productos básicos prioritarios, los agricultores pueden ayudar a crear un futuro más productivo y sostenible para la agricultura.

[1] FAO. 2022. World Food and Agriculture – Statistical Yearbook 2022. Rome. https://doi.org/10.4060/cc2211en