La crisis climática generará conflictos en el mar; una nueva plataforma ayuda a predecir dónde (y cómo prevenirlos)
- Fecha: 27 noviembre 2023
A medida que nuestro planeta continúa calentándose rápidamente debido a las actividades humanas, es casi seguro que los conflictos por los valiosos recursos naturales aumentarán, y las pesquerías del mundo no serán la excepción. Ya hemos visto cómo los conflictos pesqueros internacionales se han multiplicado sorprendentemente por 20 en las últimas cuatro décadas. Además, el 23% de todas las poblaciones de peces se desplazará en los próximos ocho años, lo que dará lugar a nuevas zonas ricas y nuevas zonas pobres en peces. Esto tendrá un gran impacto en las comunidades costeras y cambiará las relaciones geopolíticas entre los países.
Afortunadamente, tenemos la oportunidad de predecir y prevenir futuros conflictos por los recursos oceánicos así como sus consecuencias. WWF anunció el lanzamiento de nuestra plataforma Oceans Futures, una iniciativa única en su tipo que utiliza modelos climáticos y pesqueros globales para destacar 20 regiones del mundo que probablemente sufrirán mayores conflictos, inseguridad alimentaria o tensiones geopolíticas en torno a los recursos oceánicos en 2030. Diseñada para identificar los inevitables desafíos que enfrentarán las pesquerías, esta herramienta de alerta temprana permite a la comunidad internacional tomar medidas contundentes y colaborativas en materia de conservación y prevención de conflictos para que el futuro sea más pacífico para las personas y la naturaleza.
"Oceans Futures conecta los puntos entre la protección de la salud del océano y una mayor paz y seguridad alimentaria para miles de millones de personas que dependen de la pesca en todo el mundo", señala Sarah Glaser, directora senior de Oceans Futures. "Nuestro objetivo es promover soluciones ante las crisis climática y de biodiversidad que prevengan los conflictos antes de que ocurran".
El lanzamiento inicial de la plataforma combina proyecciones sobre cómo las poblaciones de peces cambiarán con el tiempo debido al cambio climático y cómo esos movimientos aumentarán el riesgo de competencia y conflicto por la pesca. Los puntos críticos se identificaron combinando datos que proyectan el movimiento pesquero para 2030 con variables socioeconómicas y de seguridad (como perfiles nutricionales, niveles económicos, presencia de buques pesqueros extranjeros y fronteras marítimas en disputa) que ayudan a evaluar el riesgo de un país de sufrir un conflicto pesquero.
A principios de 2025, Oceans Futures ampliará el conjunto de datos disponibles y utilizará modelos de aprendizaje automático para comprender qué está ocasionando la escalada de conflictos de bajo nivel y, lo más importante, qué soluciones pueden evitar que esa escalada continúe.
Las regiones que se espera que vean un aumento notable en los conflictos incluyen las aguas que rodean el océano Ártico, el Pacífico Tropical Oriental y el Cuerno de África. Aquí algunos casos de estudios destacados en la plataforma que ayudan a comprender mejor los desafíos existentes y futuros que enfrentan las comunidades y los gobiernos que dependen de la pesca para sus medios de subsistencia y economía.
ECUADOR
Ecuador, reconocido por sus esfuerzos de conservación marina, cuenta con la flota pesquera industrial más grande del océano Pacífico Oriental. Pero recientemente, los conflictos en el mar han aumentado. Los pescadores artesanales protestan regularmente contra las nuevas regulaciones de conservación ante la caída de sus ganancias y enormes flotas extranjeras, predominantemente de China, prevalecen en las aguas al oeste de las Islas Galápagos, ricas en vida silvestre. Estas flotas extranjeras causan inmensos daños ambientales y crean problemas para la pesca nacional. En el continente, el tráfico ilegal de drogas se cruza cada vez más con el sector pesquero. Y como en tantos otros lugares, la crisis climática está causando estragos en los recursos naturales y los medios de subsistencia. Pesquerías ecuatorianas clave como el atún y el calamar gigante se están desplazando hacia el sur, fuera de las aguas del país, a medida que aumentan las temperaturas del océano. El gobierno está respondiendo asociándose con ejércitos extranjeros, organizaciones no gubernamentales y organizaciones regionales de gestión pesquera para fortalecer la capacidad de aplicación de la ley y la transparencia. Este compromiso con la salud de los océanos, basado en una recopilación sólida de datos, crea los cimientos para afrontar la crisis climática y los cambios en la pesca en las próximas décadas.
EL ÁRTICO
El Ártico, una región que abarca distintas áreas en ocho países, se está calentando al menos dos veces más rápido que el resto del mundo a medida que la crisis climática se vuelve cada vez más grave. El derretimiento del hielo marino está exponiendo recursos que antes eran inaccesibles y las poblaciones de peces se están trasladando a aguas que antes no se explotaban. Estas nuevas realidades aumentan la probabilidad de que las naciones invadan océanos inalterados en busca de recursos como depósitos de petróleo y gas, minerales y rutas marítimas sin explotar. Las reivindicaciones territoriales superpuestas y las zonas de alta mar poco reguladas no hacen más que agravar los desafíos ecológicos. Una gestión cuidadosa y eficaz del Ártico requiere comunicación abierta y cooperación entre todos los gobiernos que reclaman la región, una tarea difícil con importantes implicaciones para las poblaciones indígenas que son desproporcionadamente susceptibles a los impactos del cambio ambiental y dependen de los recursos oceánicos que ahora están cambiando.
EL CUERNO DE ÁFRICA
El Cuerno de África, ubicado en la región noreste del continente, tiene algunos de los caladeros más productivos del mundo. Las flotas pesqueras viajan desde todo el mundo para acceder a los ecosistemas de arrecifes cercanos a la costa y a especies altamente migratorias como el atún tropical, las macarelas y el marlin que viajan a lo largo de la corriente somalí. Sin embargo, históricamente la riqueza de estas aguas no se ha traducido en pesquerías nacionales rentables.
Somalia tiene la costa más larga de África continental y el gobierno gestiona más territorio marino que terrestre. Esta inmensidad hace que monitorear y patrullar las aguas sea increíblemente difícil. Aunado a eso, una prolongada guerra civil -de 1991 a 2012- significó que la inversión en seguridad marítima se viera afectada. Factores adicionales como la inseguridad económica y la débil capacidad de aplicación de la ley aguidizaron el problema y, a mediados de la década de 2000, el Cuerno de África se convirtió en sinónimo de piratería. Si bien el conflicto en las aguas de Somalia ha sido significativo, también ha habido enormes avances en la última década. La piratería fue casi eliminada y el gobierno ha aumentado la conciencia sobre el dominio marítimo.
Nuestro análisis de los puntos críticos muestra que Somalia sigue ocupando un lugar destacado en el riesgo de conflictos pesqueros, pero un mayor intercambio de información y una mayor integración con la Comisión del Atún del Océano Índico, una organización intergubernamental responsable de la gestión del atún y especies afines en el océano Índico, podría ayudar cambiar ese rumbo.
Oceans Futures está impulsado por asociaciones con el Fondo de Defensa Ambiental (EDF), International Conservation Caucus Foundation (ICCF) y Ode Partners.
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