Lo que la Amazonía necesita en este momento

Seis acciones para frenar la deforestación y conservar la biodiversidad

La Amazonía está en crisis. La deforestación, la degradación y el cambio climático están presionando al límite a la selva tropical y los sistemas fluviales de la Amazonía, socavando la futura resiliencia de la población y los ecosistemas de la región. La disminución de las precipitaciones, la sedimentación y la construcción de represas están degradando la calidad y la conectividad de los sistemas fluviales y poniendo en peligro las especies acuáticas. En un futuro cercano, los bosques tropicales podrían ser reemplazados por vegetación similar a la de la sabana si no se toman medidas para detener la deforestación y la degradación. Debemos actuar hoy mismo ante los actuales niveles de deforestación en la Amazonía, que se calculan en alrededor del 17%.

Esto es lo que necesitamos hacer:

1. Incrementar el monitoreo y la aplicación de la ley para detener la deforestación y degradación ilegal

Recientemente, los líderes de los países amazónicos declararon que aumentarían la cooperación regional para luchar contra la deforestación ilegal. Esto es alentador y esencial, ya que más del 90% de la deforestación en Brasil es ilegal. Además se necesitan esfuerzos adicionales para poner fin a la minería ilegal que degrada los ríos amazónicos y amenaza la salud de los seres humanos y la vida silvestre.

2. Fortalecer e incrementar el programa de Áreas Protegidas de la Región Amazónica (ARPA)

El programa ARPA apoya la gestión eficaz de las áreas de conservación y tiene una capacidad demostrada para frenar la deforestación. Las investigaciones revelan que las áreas protegidas apoyadas por ARPA evitaron alrededor de 650,000 acres (263 mil ha) de deforestación, el equivalente a evitar unas 104 millones de toneladas de emisiones de CO2, o una cantidad similar a las emisiones totales que la aviación nacional de Estados Unidos generó en 2020.

En general, los modelos de los Proyectos de Financiamiento para la Permanencia (PFP), como ARPA, son una oportunidad para alinear a las instituciones públicas, privadas, multilaterales y filantrópicas en un acuerdo activamente coordinado para apoyar la conservación a gran escala y a largo plazo en la Amazonía y otros ecosistemas críticos. Es esencial garantizar que los esfuerzos de protección y conservación se extiendan a los ecosistemas de agua dulce y a los servicios que brindan.

3. Apoyar a los pueblos indígenas y las comunidades locales en la gestión y el desarrollo sostenible de sus territorios y tierras comunitarias.

Los pueblos indígenas y las comunidades locales son los administradores más eficaces de sus tierras; apoyar su liderazgo y sus derechos es esencial para la conservación a largo plazo. Los gobiernos, los donantes y el sector privado deben colaborar con los pueblos indígenas y las comunidades locales para apoyar sus derechos a gestionar sus tierras; promover oportunidades económicas y basadas en la naturaleza que fortalezcan los medios de subsistencia de la población local; y mejorar el acceso al financiamiento, la tecnología y los servicios sociales.

4. Detener la producción e importación de productos procedentes de tierras deforestadas.

Uno de los mayores impulsores de la deforestación y la conversión en la Amazonía y la sabana del Cerrado es la producción de productos básicos como carne de res, soya y cuero. Para frenar esto, necesitamos urgentemente incentivos de mercado para la producción de productos básicos con deforestación cero, como informes de las empresas sobre los riesgos de deforestación y el apoyo financiero para que los productores realicen la transición a prácticas libres de deforestación y conversión.

El sector privado no puede actuar por sí solo: los países que importan productos forestales también tienen un papel que desempeñar. El Congreso y el presidente de Estados Unidos tienen la oportunidad de actuar decisivamente promulgando la bipartidista Ley FOREST. El proyecto de ley, que se reintroducirá en breve, prohibiría la importación de productos comercializados a nivel mundial procedentes de tierras deforestadas ilegalmente y garantizaría que los agricultores y ganaderos tengan los medios para implementar prácticas más sostenibles. Ya es hora de que rompamos el vínculo entre los productos que importamos y consumimos todos los días y la deforestación ilegal en la Amazonía.

5. Promover el desarrollo de infraestructura de bajo impacto

Las energías renovables y el acceso a Internet y otros servicios son necesidades críticas en las comunidades rurales y remotas de la Amazonía. Al mismo tiempo, el desarrollo de infraestructura mal planificada puede contribuir a la destrucción del hábitat al fragmentar bosques y ríos; impedir el desplazamiento de los animales silvestres y las especies de agua dulce; y permitir mayor acceso a los bosques y que por consiguiente sean más vulnerables a la deforestación ilegal. La infraestructura de bajo impacto puede traer prosperidad a los pueblos de la Amazonía sin poner en riesgo el futuro de la región.

6. Fortalecer la ciencia, la tecnología y la innovación para mejorar la sostenibilidad

La transición hacia soluciones sostenibles a largo plazo puede ser compleja. Requiere una inversión en investigación que produzca opciones para mejorar la sostenibilidad y la resiliencia. Además, es fundamental promover plataformas de intercambio de conocimientos e interfaces entre la ciencia y las políticas que respalden agendas políticas transformadoras y basadas en evidencia. En general, debe haber una mejor integración del conocimiento indígena y local en el diseño, implementación y monitoreo de todas las políticas, programas y acciones.