Los amenazados osos polares enfrentan un nuevo riesgo

En el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, en Alaska, pruebas sísmicas pondrían en peligro a los osos polares y a sus crías.

En el Ártico, la vida silvestre está siendo forzada a adaptarse a un entorno que se calienta dos veces más rápido que en cualquier otra región del planeta. El clima ahí, que está cambiando constantemente, impacta la forma como crece y se derrite el hielo marino, una mala noticia para la vida silvestre que depende del hielo marino y para las personas cuya supervivencia está profundamente vinculada al hielo.

En algunas zonas del Ártico, las osas polares están optando por construir sus madrigueras con mayor frecuencia en la tierra, en lugar del hielo marino. La tierra ofrece la estabilidad y seguridad que el hielo marino ya no puede ofrecer, por lo menos desde que la actividad humana entró en escena.

Especies amenazadas

En Estados Unidos, los osos polares están clasificados como especies amenazadas según la Ley de Especies en Peligro de Extinción, y la subpoblación de osos polares del sur del mar de Beaufort es una de las más amenazadas del mundo. El tamaño de su población es casi la mitad de lo que era a mediados de la década de 1980, y se estima que actualmente solo quedan alrededor de 900 osos.

La llanura costera del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico se ha convertido en sitio de crianza para estos osos polares, representando uno de los hábitats con mayor densidad de madrigueras adecuadas en el norte de Alaska. Aproximadamente un tercio de todas las hembras -de la subpoblación del sur del mar de Beaufort- dan a luz y crían a sus cachorros recién nacidos bajo la protección que ofrece la llanura costera.

Pero al igual que el hielo marino está desapareciendo de nuestro planeta, la protección que el refugio del Ártico ofrece también podría desaparecer.

Impacto sísmico

En 2017, el Congreso aprobó actividades de perforación para la búsqueda de petróleo y gas en algunas zonas del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico. El primer paso de ese proceso incluye pruebas sísmicas a lo largo de la llanura costera que ayuden a determinar la ubicación de los depósitos de petróleo y gas.

Las pruebas sísmicas son actividades perturbadoras. En la llanura costera, se requerirá que grandes y pesados camiones atraviesen la tundra cubierta de nieve para que coloquen líneas en un patrón de cuadrícula. El equipo vibra y produce ruidosas explosiones. La empresa privada que propone realizar los estudios sísmicos dice que detectará cualquiera de las madrigueras de los osos antes de comenzar con los trabajos. Sin embargo, la tecnología para detectar madrigueras de osos polares no es perfecta y los expertos creen que algunos osos definitivamente serán verán afectados o incluso morirán.

Si se perturba a los osos polares, las osas madres podrían abandonar las madrigueras con sus cachorros prematuramente, exponiéndolos a los elementos extremos y arriesgando su supervivencia. Los cachorros también podrían ser abandonados. Según un análisis realizado por Polar Bears International, existe al menos una posibilidad entre cuatro de que el equipo sísmico pase por encima de una madriguera y la aplaste. Esto, basado en el equipo necesario para realizar los trabajos y en la densidad de madrigueras de osos polares conocida en el área.