Lucha contra el cambio climático evitando el desperdicio de alimentos

Consejos sencillos que pueden ayudar a reducir el impacto ambiental ocasionado por el desperdicio de alimentos.

Hoy en día, un tercio de toda la comida producida en el mundo se desperdicia. Eso equivale a alrededor de 1,300 millones de toneladas de frutas, verduras, carne, lácteos, mariscos y granos que se malogran en la granja, se pierden, se estropean durante la distribución o se tiran en los supermercados, restaurantes y las cocinas de los hogares. También es suficiente alimento como para alimentar, varias veces, a todas las personas con problemas de desnutrición en el mundo.

Pero el desperdicio de alimentos no es solo una preocupación social o humanitaria, sino ambiental. Cuando desperdiciamos alimentos, también desperdiciamos toda la energía y el agua que se requieren para cultivarlos, cosecharlos, transportarlos y empacarlos. Y si los alimentos llegan a parar en el vertedero y se pudren, producen metano, un gas de efecto invernadero aún más potente que el dióxido de carbono. El desperdicio de alimentos genera aproximadamente el 8% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero ocasionadas por el hombre. Solo en Estados Unidos, la producción de alimentos perdidos o desperdiciados genera el equivalente en emisiones de gases de efecto invernadero a 43 millones de automóviles.

A medida que la población mundial continúa creciendo, nuestro desafío no debería ser cómo cultivar más alimentos, sino alimentar a más personas y desperdiciar menos de lo que ya producimos. Afortunadamente, hay muchas medidas que podemos tomar como consumidores y que pueden representar una importante diferencia. Ayudar a los más necesitados con alimentos que sobren, congelar algunos alimentos, realizar las compras en forma planeada y crear composta para evitar que desperdicios comestibles terminen en los vertederos, pueden ser sencillas acciones que podemos tomar para reducir nuestras emisiones.

Aquí algunas ideas sencillas para empezar a ayudar:

Planea con anticipación y compra solo lo que necesites

Ir a la tienda sin un plan o con el estómago vacío puede orillarnos a comprar más de lo que necesitamos. Para mantener tu cocina al día, trata de comer lo que sobre, piensa en las comidas que puedes realizar fuera de casa y evita las compras innecesarias planeando tu lista de compras con anticipación.

Usa tu congelador

Si bien comer alimentos frescos tiene muchos beneficios, los alimentos congelados pueden ser igual de nutritivos. También permanecen en buen estado por mucho más tiempo. Una gran cantidad de mariscos, por ejemplo, se congela antes de que llegue al supermercado y luego se descongela y se exhibe. Eso significa que solo se mantendrá fresco durante unos días. Al comprar mariscos congelados, puedes prolongar considerablemente la vida útil del producto.

Sé creativo con lo que sobre

Antes de comprar, usa los alimentos que ya tengas. Sitios web como Big Oven, Supercook y MyFridgeFood te permiten buscar recetas basadas en ingredientes que ya estén en tu cocina. También puedes usar aplicaciones como Epicurious y Allrecipes para aprovechar al máximo lo que hay en tu refrigerador y despensa.

Mezcla, hornea o hierve

Las frutas y verduras que han madurado de más pueden no verse bonitas, pero eso no significa que no sepan deliciosas en las recetas. Prueba utilizando productos marchitos, dorados o imperfectos para hacer dulces batidos, pan, mermeladas, salsas o caldos.

Habla sobre el tema

Evitar el desperdicio de alimentos es la forma más efectiva de reducir el impacto del desperdicio en el planeta. Si evitamos producir alimentos que no comemos, podemos ahorrar tierra, agua y energía que se habrían utilizado para hacerlos. Además, crear conciencia es un buen primer paso: según ReFED, educar a los consumidores sobre el desperdicio de los alimentos podría evitar 2.3 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero.