Primera fotografía de una especie de ave poco común: el azor de Nueva Bretaña

La fotografía tomada en Papúa Nueva Guinea es un testimonio de la comunidad y la conservación

El azor de Nueva Bretaña (Accipiter princeps), una especie poco conocida, ha sido fotografiado por primera vez en la historia. Esta ave rapaz se encuentra únicamente en la isla de Nueva Bretaña, en Papúa Nueva Guinea. El último registro científico documentado que se tiene de esta ave es de 1969 y se conserva en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.

Tom Vierus, fotógrafo que reside en Fiji, viajó con WWF a la isla en marzo de 2024. Mientras los miembros de la comunidad local guiaban a un grupo a través del bosque, Vierus tomó fotografías de varias especies de aves. “En ese momento no estaba consciente de su importancia”, comenta Vierus. “¡Fue una gran sorpresa escuchar que esta foto parecía ser la primera de esta extraordinaria especie!”

El avistamiento y la fotografía fueron confirmados por ornitólogos reconocidos a nivel internacional. “Si bien ha habido múltiples informes de avistamientos de aves, el azor no había sido fotografiado ni registrado en los últimos 55 años, desde que se encontró el último espécimen. Hoy, la fotografía así como más detalles de la especie están disponibles en los sitios web de iNaturalist y Search for Lost Birds.

Un foco de biodiversidad

Papúa Nueva Guinea alberga el tercer bosque tropical inalterado más grande del mundo, después de las cuencas del Amazonas y el Congo. Es notablemente diverso en términos de especies, paisajes y ecosistemas, y cuenta con más de 5,000 lagos, extensos sistemas fluviales y humedales, 5,000 millas (8,000 km) de manglares, lagunas, arrecifes de coral y atolones. Las montañas Nakanai, donde se fotografió al azor de Nueva Bretaña, forman parte de un sitio provisional del Patrimonio Mundial de la UNESCO y se estima que tienen entre 10.5 y 22.5 millones de años.

Oscar Pileng, quien nació en Pomio, en el este de Nueva Bretaña, es el responsable de WWF en la región. Después de identificar la foto, habló con los residentes de la zona quienes confirmaron que los avistamientos de esta ave son poco frecuentes y que suelen producirse en el interior en lugar de en las zonas costeras. En los idiomas locales, el azor de Nueva Bretaña se llama "keango" o "kulingapa".

"Me sorprendió saber que es la primera vez que se le fotografía, pero estoy muy contento de que ahora exista un registro oficial", señala Pilng. "Espero que esto ayude a que se hagan más esfuerzos para proteger su hábitat ante las amenazas a gran escala en torno a agricultura, tala, minería y desarrollo de infraestructura".

Comunidades y conservación

La región de Pomio es el hogar de los pueblos indígenas Mengen y Mamusi, quienes mantienen intactas sus tradiciones y creencias intrínsecamente vinculadas a los bosques, ríos y océanos que han habitado durante milenios. Trabajando en estrecha colaboración con estas sociedades basadas en clanes matrilineales, WWF espera apoyar la gestión local para salvaguardar el futuro de estos increíbles puntos de biodiversidad a través de la conservación liderada por la comunidad.

“Ha habido muy pocos estudios sobre biodiversidad en Nueva Bretaña, y el potencial para descubrir nuevas especies para la ciencia es bastante alto”, menciona Martha Eimba, Gerente del Entorno de Pomio para WWF-Papúa Nueva Guinea. “Es una carrera para protegerlas debido a la presión que se avecina y la pobreza que es una realidad para muchos”. WWF colabora con las comunidades para comprender mejor las amenazas que enfrenta la región, así como los contextos sociales y las oportunidades de medios de vida sostenibles. El objetivo es desarrollar un programa integral de conservación basado en la comunidad.

Mientras WWF busca activamente socios de conservación para esta importante labor, el gobierno de Papúa Nueva Guinea está en proceso de revisar su Estrategia Nacional de Biodiversidad y su Plan de Acción previo a la reunión de las partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas que tendrá lugar en Colombia en octubre de 2024.

En cuanto a la histórica imagen, “es maravilloso ver cómo la fotografía de conservación puede ayudar a salvaguardar áreas al documentar la biodiversidad existente, además es un buen recordatorio de lo importante que es la narrativa visual”, agrega el fotógrafo Vierus. “Realmente espero que esta parte del mundo, en su mayoría inalterada, pueda permanecer lo más intacta posible con la ayuda de las comunidades locales, sus iniciativas de conservación y el apoyo de WWF”.