Los camellos, conocidos por sus distintivas jorobas, son sinónimo de los ecosistemas desérticos. Como animales domésticos proporcionan importantes recursos como leche, carne, lana y transporte a las comunidades que pastorean en África y Asia, en particular en regiones del norte de Kenia. Sin embargo, su importancia en la resiliencia ecológica y climática no es tan conocida. Los camellos, tanto silvestres como domésticos, son esenciales para sustentar ecosistemas más áridos como desiertos, praderas y estepas, al igual que las comunidades que viven en ellos.

Superpoder: adaptarse a su entorno

A menudo, el pastoreo se ve amenazado por patrones climáticos impredecibles. Las comunidades que para su alimentación y sustento dependen de animales como el ganado, pueden tener dificultades para encontrar alternativas resistentes al clima, particularmente cuando los impactos del cambio climático dificultan el mantenimiento de los animales. En los hábitats desérticos más áridos de todo el mundo, esto ha provocado un cambio del ganado vacuno a su pariente cercano, el camello. Los camellos pueden sobrevivir una semana sin agua y alimentándose solo de ásperos arbustos, y al mismo tiempo continuar produciendo leche. La capacidad que tienen los camellos para pastorear en territorios tradicionales, en lugar de las vacas, puede reducir la necesidad de reubicación de las comunidades.

Superpoder: conservar agua

Los camellos desempeñan un gran trabajo conservando el agua, lo que les permite prosperar en algunos de los entornos más inhóspitos y calurosos del mundo. Un error común es pensar que los camellos almacenan agua en sus jorobas. De hecho, sus jorobas almacenan grasa que les proporciona energía para largas distancias. Además, la grasa ayuda a evitar que los camellos tengan sed con frecuencia. Además, tampoco sudan tanto como los humanos y su metabolismo disminuye por la noche. ¿Sabías que pueden beber hasta 40 galones (151 litros) de agua a la vez? La capacidad de los camellos para sobrevivir en climas más áridos los hace adecuados para un mundo donde la sequía inducida por el cambio climático se está convirtiendo en un problema cada vez mayor.

Superpoder: defender la biodiversidad

Los camellos desempeñan un importante papel en la configuración y el mantenimiento de sus hábitats. Debido a que se alimentan de una diversa variedad de flora, los camellos ayudan a que la vegetación crezca, evitando el predominio excesivo de ciertas plantas, lo que a su vez puede promover la biodiversidad. Además, sus patrones de pastoreo permiten la dispersión de semillas a través de su excremento, lo que ayuda en parte a la regeneración de las plantas. Las patas acolchadas de los camellos evitan la compactación del suelo, preservan los suelos del desierto, minimizan la erosión y favorecen la salud general de la tierra. Y debido a que necesitan menos agua y pueden comer vegetación que normalmente no es digerible para otros animales, los camellos reducen la competencia por recursos limitados, permitiendo que otras especies que podrían necesitar más recursos que los camellos los utilicen.

Superpoder: potenciar la seguridad alimentaria

Como animales domésticos, los camellos aportan mucho para sustentar a las comunidades: brindan transporte a las personas que viven en climas áridos, donde otros tipos de animales pueden no ser adecuados o requerir muchos más recursos para su mantenimiento. Pero también proporcionan abundante leche, rica en nutrientes, que es bien tolerada por los humanos y puede complementar la nutrición y los ingresos económicos, incluso cuando las vacas o las ovejas no pueden. A medida que el clima cambia y los recursos en las comunidades del desierto se vuelven más escasos, la opción de la leche de camello puede ser la diferencia entre sobrevivir en tierras de pastoreo tradicionales o tener que reubicarse y potencialmente competir por los recursos con otras comunidades.

Superpoder: representar las acciones climáticas

La contribución de los camellos al mantenimiento de los ecosistemas áridos en los que viven y a las comunidades humanas en esos ecosistemas es impresionante. También es vital, dados los factores de estrés que el cambio climático está generando en esas zonas y en las personas que viven en ellas. La competencia por los recursos en la naturaleza altera la biodiversidad y, en el contexto de las comunidades humanas, puede ocasionar conflictos. Si bien los camellos no son un remedio completo, son un valioso recurso y parte de la solución. Debido a la importancia de los camellos para la resiliencia en las regiones áridas, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura designó 2024 como el Año Internacional de los Camélidos, destacando su papel en la conservación de la biodiversidad y la protección de los ecosistemas en medio del cambio climático.