El ABC de la Sostenibilidad: ¿en qué consiste?
- Fecha: 22 agosto 2022
- Autor: Tara Doyle, World Wildlife Fund
El concepto de la sostenibilidad está ganando terreno en la esfera pública, pero las conversaciones sobre este tema a menudo no ofrecen una definición clara del significado del término. Una actividad se considera sostenible si se puede continuar de la misma manera en el futuro; en otras palabras, si es capaz de sostenerse. Este tema se relaciona comúnmente con el medio ambiente, pero en realidad hay tres principios distintos de sostenibilidad que abordan los ámbitos ambiental, económico y social.
El primer principio tiene que ver con los límites de nuestra biosfera: no debemos consumir recursos más rápido de lo que se reponen naturalmente. Este principio puede ser engañosamente simple. Por ejemplo, imagina una empresa papelera que planta la misma cantidad de árboles que cosecha cada año. ¿Es realmente sostenible su modelo de negocio si los árboles tardan más de un año en crecer? En este caso, la empresa podría cosechar selectivamente árboles dentro de un bosque gestionado, en lugar de talar un área completa.
Los combustibles fósiles son otro ejemplo que complica aún más nuestra definición de sostenibilidad. Se calcula que hay unos 1,650 millones de barriles de petróleo bajo el suelo, suficiente para continuar con nuestro consumo actual durante casi 50 años.
Pero en este caso, quedarnos sin combustibles fósiles no es el problema debido a que su combustión ya está dañando de forma irreversible el sistema climático. Por lo tanto, una actividad no debe agotar los recursos naturales ni dañar la capacidad de los sistemas ecológicos para continuar brindando los servicios que sustentan la vida. Este principio exige un enfoque holístico; la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la protección de la biodiversidad y la prevención de la contaminación son todas prioridades importantes.
El segundo principio de la sostenibilidad se relaciona con nuestro sistema económico: para ser sostenible, una actividad debe ser económicamente viable a largo plazo. Sin embargo, no necesariamente tiene que ser rentable. Las campañas contra la caza furtiva no dan como resultado un producto valioso, pero pueden generar ingresos de ecoturismo a partir de safaris en la naturaleza y otras excursiones de observación de la vida silvestre. Este ejemplo ilustra cómo el trabajo sin fines de lucro, además de los negocios del sector público y privado, puede ser económicamente sostenible.
Esto nos lleva al tercer principio de la sostenibilidad, que aborda la justicia social. Este principio puede ser el más difícil de comprender porque su objetivo es amplio: una sociedad estable, saludable y que funcione bien. La sostenibilidad requiere pagar a los trabajadores un salario digno para que puedan pagar una nutrición, vivienda y atención médica adecuadas. Además, un producto no puede considerarse sostenible si tiene efectos adversos en sus consumidores, incluyendo afectaciones a la salud. Los esfuerzos de sostenibilidad social se pueden ver en las certificaciones de comercio justo que garantizan condiciones de trabajo seguras, seguridad económica y otras protecciones.
Las Organización de las Naciones Unidas ha desarrollado 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) diseñados para “acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas disfruten de paz y prosperidad”. Los ODS incluyen objetivos de los tres ámbitos de la sostenibilidad y muchos están interrelacionados. Los ejemplos incluyen las acciones climáticas, el trabajo decente y el crecimiento económico, así como la igualdad de género. Estas estrategias allanan el camino para un futuro en el que operamos dentro de los límites ecológicos y brindamos a todos los humanos acceso a una alta calidad de vida.
Conoce más sobre cómo WWF está apoyando los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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