En busca del escurridizo saola en Vietnam

Los conservacionistas no pierden la esperanza de que el mamífero aún exista en las montañas Annamitas

Ngoc Thinh ha estado 25 años con WWF sin embargo una importante fecha permanece en su mente: el 7 de septiembre de 2013. Thinh, director ejecutivo de WWF-Vietnam, se encontraba en una conferencia cuando recibió un mensaje con una foto adjunta.

La imagen, captada al atardecer por una cámara trampa en la región central de Vietnam, mostraba el exuberante sotobosque y el suelo del bosque en una remota zona de la provincia de Quang Nam, cerca de la frontera con Laos. Sin embargo, lo que dejó sin aliento a Thinh y casi lo hizo llorar fue el gran mamífero parecido a un antílope que se revelaba cerca del borde derecho de la imagen, una criatura tan rara a la que se le llama el "unicornio asiático".

En 1992, cuando la comunidad científica descubrió por primera vez el saola (Pseudoryx nghetinhensis) gracias a los trabajos de un equipo conjunto de WWF y el gobierno de Vietnam, se convertiría en el primer gran mamífero descrito para la ciencia en más de 50 años.

A black and white camera trap image shows a saola walking through the forest

Esta imagen de un saola, captado por una cámara trampa, dejó sin aliento a Ngoc Thinh.

La especie es notoriamente escurridiza. Habían transcurrido 15 años desde la última vez que se avistó al saola en estado silvestre, hasta que fue visto de nuevo en 2013. Algunos habían sido capturados en el pasado, pero ninguno había sobrevivido más de unos pocos meses en cautiverio, incluido un bebé que Thinh ayudó a cuidar a fines de la década de 1990 mientras trabajaba como jefe de la división de investigación científica del Parque Nacional Bach Ma, cuyas muertes describe como muy angustiosas. El último saola cautivo, un individuo rescatado de cazadores en la vecina Laos, también murió en 2010.

Finalmente existía una prueba de que la especie no se había extinguido. “Fue un momento muy emotivo para mí”, recuerda Thinh, director ejecutivo de WWF-Vietnam.

Sin embargo, la alegría duró poco ya que desde entonces no se ha vuelto a ver a los saola y no hay ninguno en cautiverio. Aun así, los conservacionistas siguen siendo optimistas en cuanto a que la especie, aunque está considerada en crítico peligro de extinción, sobreviva hoy en día; las estimaciones sugieren que podría haber unos 100 individuos en estado silvestre. Animado por esta esperanza, WWF, junto con otros socios de conservación y organizaciones de vida silvestre, está trabajando arduamente para ubicar al saola en su hábitat natural, al mismo tiempo que elabora planes que ayudarán a conservar la especie para las futuras generaciones.

Una reliquia del tiempo

Los saola se encuentran en un solo lugar de la Tierra: los bosques de hoja perenne de los Annamitas centrales, en la frontera de Vietnam y Laos. En comparación con el resto de la región, las escarpadas montañas anamitas permanecieron geológica y climáticamente estables a lo largo de los siglos, lo que resultó en un punto crítico para la biodiversidad con niveles excepcionalmente altos de endemismo, incluido el saola, cuya evolución es única.

“Aquí son como talismanes”, señala Thinh en relación a los animales, que son considerados bóvidos como los bisontes, los antílopes y el ganado pero tienen un aspecto completamente diferente y se distinguen por tener un par de cuernos largos y paralelos. "Parecen una especie antigua".

Sin embargo, los científicos saben poco sobre el saola (su área de distribución, comportamiento de cortejo y reproducción, dieta, etc.), situación que se vuelve aún más preocupante debido a la pequeña población de estos animales, la cual ha disminuido en gran medida debido a la presión de la caza furtiva y la destrucción del hábitat.

Preservando y protegiendo al saola

Para ayudar a proteger la especie, los guardias forestales retiran las trampas de lazo que encuentran durante sus rondas de patrullaje. También visitan las casas de los pobladores locales para comentar sobre los peligros de colocar dichas trampas. En los últimos años, con el apoyo de proyectos como el de Conservación de la Biodiversidad de USAID y el Proyecto de Carbono y Biodiversidad (CarBi) de WWF, los guardaparques, el personal del área protegida y las organizaciones no gubernamentales locales también han recibido capacitación en diversos métodos para monitorear la biodiversidad. Estos incluyen colocar y recuperar cámaras trampa en el bosque, así como cómo recolectar estiércol y sangre de animales de sanguijuelas y muestras de agua. También se pueden analizar muestras de agua para detectar la presencia de ADN del saola, lo que posiblemente indique la presencia de un animal en la cercanía.

“Mi sueño es volver a ver un saola algún día”

Ngoc Thinh
Director ejecutivo, WWF Vietnam

Algunas organizaciones, como el Saola Working Group, utilizan perros para detectar saolas. También realizan entrevistas con miembros de las comunidades locales para descubrir posibles avistamientos. Para aumentar aún más la conciencia pública sobre los animales y la importancia de proteger el hábitat en el que viven, WWF-Vietnam lanzó en octubre pasado una campaña llamada “Preservando los bosques: un reencuentro con los saola” para crear conciencia sobre el saola y su difícil situación en la naturaleza, además de brindar a las comunidades la información y las herramientas que puedan necesitar para compartir cualquier avistamiento que puedan tener de saolas e informar así a los programas de conservación de la especie.

Además, el equipo de Vietnam apoya los esfuerzos liderados por las comunidades que viven en los Annamitas Centrales para cultivar plantas que les gustan a los saolas. Entre ellas se incluye el thien nien kien (Homalomena aromatica), una hierba con hojas en forma de corazón que también es conocida por sus propiedades medicinales. Esto no sólo ayuda a restaurar las plantas nativas del bosque sino que también proporciona alimento para el saola, lo que mejora su salud nutricional y actúa como una herramienta para detectar el comportamiento alimentario de la especie.

Mientras tanto, se están elaborando planes para establecer un programa de cría en cautiverio de saolas en el Parque Nacional Bach Ma para reintroducirlos en los bosques centrales de Annamita. Se espera que la construcción de recintos para albergar saolas comience a finales de este año, dice el director del parque, Nguyen Vu Linh. Dado que quedan tan pocos individuos en estado silvestre, la mayoría de los conservacionistas están de acuerdo en que un programa de cría en cautiverio es fundamental para recuperar al saola del borde de la extinción, señalando cómo algunos esfuerzos similares han ayudado a aumentar la población silvestre del oryx árabe y del takhi (caballo de Przewalski) en peligro de extinción, en Omán y Mongolia, respectivamente.

“Tanto Vietnam como Laos han acordado que cualquier saola que se encuentre en cualquiera de los dos países será llevado a Bach Ma para ser criado en cautiverio. Aún quedan muchas preguntas sobre cómo funcionaría un programa de este tipo si llegara ese día, pero realmente creemos que esto ayudará a los animales y a la recuperación del ecosistema en general”, agrega Thinh. “Mi sueño es volver a ver un saola algún día”.