Los humanos deben aprender a coexistir con la naturaleza
- Fecha: 14 junio 2021

Esta pieza de opinión fue publicada originalmente en Our Daily Planet.
Por: Nilanga Jayasinghe, Directora de Conservación de Vida Silvestre en World Wildlife Fund
Imagina vivir en una ciudad moderna y densamente poblada. En una mañana cualquiera, al mirar por la ventana esperas ver el flujo de automóviles y peatones en su diario transitar, abarrotadas tiendas y restaurantes que venden sus productos, o tal vez músicos improvisados ofreciendo un espectáculo gratuito a los espectadores en la plaza de la ciudad. No obstante en los últimos días, los residentes en Kunming, China, una ciudad de unas 6 millones de personas, se preparaban para ver algo inusual: una manada de elefantes salvajes.
Desde marzo de 2020, un grupo de 15 elefantes ha viajado más de 300 millas (480 km) dentro de la provincia de Yunnan, en China, tras abandonar la reserva natural que consideran su hogar, atravesando granjas, pueblos y ciudades a lo largo de su viaje. Según los informes hace unos días, este grupo llegó a estar 2 millas (3.2 km) de Kunming, antes de cambiar de rumbo.
Nadie sabe la razón por la que dejaron su hogar en la Reserva Natural de Xishuangbanna, pero este largo viaje ha llamado la atención del público ante la difícil situación en la que se encuentran los elefantes asiáticos. A menudo la crisis generada por la caza furtiva de sus primos (los elefantes africanos) en un continente a distancia es mucho más visible y visceral. Muchas personas con las que he hablado en el oeste aún no están conscientes de la rápida disminución de la población de los elefantes asiáticos.
El rango de población de los elefantes asiáticos se extiende a lo largo de 13 países en el sur y sudeste de Asia, incluyendo hábitats de bosques y pastizales secos de hoja caduca a húmeda. Es el mamífero terrestre más grande del continente y, lamentablemente, está en peligro de extinción. Se calcula que hay menos de 50,000 en su hábitat natural. Si bien todas las especies de elefantes enfrentan numerosas amenazas en la naturaleza, los elefantes asiáticos bien pueden ser los más amenazados. Sin embargo están subrepresentados en el escenario global aun cuando sus necesidades de conservación son urgentes.
Vivir en el continente más poblado del planeta significa que el espacio escasea. También significa que la pérdida de hábitat es la amenaza más grande que enfrentan los elefantes asiáticos. Si bien la caza furtiva también amenaza a sus poblaciones, el conflicto entre los humanos y los elefantes, como resultado de la pérdida y fragmentación del hábitat, es una de las principales causas de muerte de los elefantes en Asia. Estos animales son grandes herbívoros que necesitan gran cantidad de espacio y recursos –pasan hasta 18 horas al día comiendo– y se sabe que viajan muchas millas al día en busca de comida y agua. Las tasas de pérdida de hábitat en Asia también se traduce a que hoy en día, en promedio, el 70% de la población de los elefantes asiáticos se encuentra fuera de las áreas protegidas. Esto es sinónimo de que a menudo viajan a través de áreas ocupadas por los humanos y entran en contacto con las personas.
Estas interacciones, o conflictos entre humanos y elefantes, pueden causar daños a los cultivos y a las propiedades. Recientemente hemos visto que los daños a lo largo de los trayectos de las manadas de elefantes en China han ascendido a pérdidas que se calcula alcanzan $1.1 millones de dólares. Si bien estos animales han sido vigilados de cerca y protegidos por las autoridades locales que han tenido éxito hasta la fecha en la prevención de lesiones o muertes a las personas o a la manada de elefantes, en toda su área de distribución el conflicto entre humanos y elefantes puede ocasionar lesiones o muertes humanas y desencadenar acciones de represalia que disminuyen aún más las poblaciones de elefantes salvajes.
Entonces, ¿cómo podemos gestionar estas interacciones y coexistir? Al igual que con muchos otros retos de conservación, no hay una solución mágica, ni una solución única. El conflicto entre los humanos y la vida silvestre, que involucra a muchas especies en todo el mundo, es un tema complejo que puede llegar a ser aún más cuando se trata de un animal inteligente como el elefante. En el caso de estos elefantes en China, un primer paso es entender el contexto que alejó a los elefantes de su área de distribución y que posteriormente resultó en un conflicto.
Durante mucho tiempo, los esfuerzos para gestionar esos conflictos se han centrado principalmente en medidas reactivas como la colocación de vallas, disuasión por medio de ruido y planes para compensar a las personas por sus pérdidas con el fin de prevenir y mitigar los efectos. Sin embargo, la gestión sostenible de estos conflictos y avances para llegar a una situación de coexistencia sólo puede lograrse combinando un conjunto amplio de medidas que aborden los factores que los impulsan, y/o las causas de raíz de esos conflictos y las dinámicas sociales relacionadas.
Ahora que los 15 elefantes en China cambiaron su curso, alejándose de la ciudad, los residentes en Kunming pueden tomar un respiro. Pero a finales de este año, un grupo diferente de visitantes llegará a la ciudad: los participantes de la 15ª reunión de la Conferencia de las Partes (CoP) de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CBD). La CoP reunirá a líderes mundiales que decidirán sobre una acción colectiva para abordar la crisis de la biodiversidad durante la próxima década. Espero que la atención que este grupo errante de elefantes ha logrado no sólo ponga en evidencia ante este foro y ante todo el mundo la difícil situación por la que atraviesan los elefantes asiáticos sino que también garantice que el tema de la coexistencia se mantenga en el centro de atención durante estas discusiones. Para que la vida silvestre, como estos elefantes, coexista con las personas a largo plazo, los objetivos específicos sobre coexistencia deben ser elementos clave dentro del Marco Mundial de Biodiversidad del CDB. Y en última instancia, se necesitarán líderes globales como los de la CoP trabajando mano a mano con las comunidades locales y una gran variedad de personas y grupos involucrados en este tema, en Asia y el mundo para asegurar un futuro en el que los elefantes y las personas vivan en armonía.
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