Qué Hacemos

AGUA Para el año 2025, la salud de las principales cuencas del mundo se mantendrá o mejorará

Toda forma de vida en el planeta necesita agua para sobrevivir. Es el recurso más valioso del mundo, esencial para prácticamente todo, incluyendo los alimentos que consumimos, el algodón que usamos o la energía de la que dependemos a diario. Los hábitats de agua dulce, como lagos, ríos, arroyos, humedales y acuíferos, son el hogar de una increíble proporción de la biodiversidad del mundo: más del 10% de todos los animales y aproximadamente el 50% de todas las especies de peces que conocemos. Sin embargo, a pesar del indispensable papel que juega el agua en el sustento de las personas y la naturaleza, es un recurso sorprendentemente limitado. Menos del 1% del agua del planeta es dulce y está a nuestro alcance.

El agua también está bajo amenaza. El cambio climático, el aumento de la población y los constantes cambios en los patrones de consumo son solo algunas de las innumerables amenazas que ponen en riesgo -cada vez más- a los sistemas de agua dulce. Las especies de agua dulce están disminuyendo a una alarmante tasa del 76%, mucho más rápido que las especies terrestres o marinas. Asimismo, los hábitats de agua dulce están en peores condiciones que los hábitats de bosque, de pastizales o de los sistemas costeros.

Proteger el agua es tarea de todos. En WWF creamos alianzas con gobiernos, empresas, instituciones financieras internacionales y las comunidades para garantizar la existencia de sistemas saludables de agua con el fin de conservar la vida silvestre y proporcionar un futuro sostenible para todos. Juntos, podemos crear un futuro sin riesgo de perder el agua.

ALIMENTOS Es hora de reconsiderar cómo consumimos los alimentos

Alrededor del mundo, la producción, distribución, manejo y desperdicio de los alimentos está amenazando la vida silvestre, los hábitats y el planeta en sí.

Hoy en día, se requiere el equivalente a 1.6 planetas Tierra en recursos naturales para abastecer las necesidades de 7,300 millones de personas. Y para el año 2050, la población mundial alcanzará los 9 mil millones y la demanda de alimentos se duplicará.

Entonces, ¿cómo produciremos más alimentos para más personas sin aumentar el uso actual del suelo y del agua? Simplemente, no podemos duplicar la cantidad de alimentos. Pero afortunadamente no tenemos que hacerlo. En cambio, lo que debemos hacer es duplicar la cantidad de alimentos disponibles. En otras palabras, tenemos que frenar la huella ecológica causada por la producción alimenticia.

En el corto plazo, la producción de alimentos es suficiente para todos, pero no alcanza a llegar a las personas que más los necesitan. Cada año se desperdician alrededor de 1,300 millones de toneladas de alimentos, cuatro veces la cantidad necesaria para alimentar a más de 800 millones de personas con problemas de desnutrición.

Si logramos mejorar la eficiencia y productividad, y a la vez reducir los desechos y modificar los patrones de consumo, podemos producir suficientes alimentos para todo el mundo en 2050, con aproximadamente la misma cantidad de suelo que utilizamos ahora. Así, se lograría alimentar a todo el mundo de manera sostenible y proteger nuestros recursos naturales.

En WWF trabajamos para asegurar un planeta vivo que sustente una población más próspera. Desde optimizar la producción y la distribución hasta luchar contra el desperdicio y el impacto ambiental, queremos mejorar la forma en que el mundo produce, transporta y consume este precioso suministro.

BOSQUES Conservamos los bosques más importantes del mundo con el fin de sostener la diversidad de la naturaleza, beneficiar nuestro clima y mantener el bienestar humano

Los pájaros trinan al amanecer, los monos aúllan, las ranas cantan y los insectos zumban. Las cascadas cristalinas son ideales para nadar y pasar una refrescante tarde. Y por la noche, las luciérnagas iluminan los árboles.

La belleza y tranquilidad de los bosques alrededor del mundo, desde los trópicos hasta la tundra, nos inspiran a todos. Sabemos que ocho de cada diez especies terrestres habitan en los bosques. Casi 300 millones de personas, especialmente en los países en desarrollo, también viven en los bosques.

Pero las amenazas que enfrentan los bosques están aumentando. La expansión de la agricultura, generada por el crecimiento de la población y los cambios en la dieta humana, es responsable de la mayor parte de la deforestación en el planeta. La tala ilegal e insostenible, generalmente causada por la demanda de madera y papel baratos, ocasiona la mayor parte de la degradación de los bosques y representa la amenaza más grande para los bosques de nuestro mundo. En los bosques degradados, los árboles pequeños, arbustos y otras plantas generalmente han sido eliminados o seriamente dañados, los ríos han sido contaminados y las laderas erosionadas; además de muchos otros daños ambientales.

Las amenazas son tan graves que estamos perdiendo grandes extensiones de bosques a un ritmo alarmante. El Amazonas, la selva tropical más grande del planeta, ha perdido al menos 17% de su cubierta forestal en la mitad de este último siglo debido a la actividad humana, principalmente la tala para crear nuevas granjas y fincas o ampliar las que ya existen.

En WWF trabajamos para frenar las amenazas que ponen en riesgo a los bosques: para el año 2020, debemos conservar los bosques del mundo con el fin de sostener la diversidad de la naturaleza, beneficiar nuestro clima y mantener el bienestar humano.

La mayor parte del trabajo de WWF se lleva a cabo en las selvas tropicales, que son los bosques biológicamente más diversos y complejos de la Tierra: las selvas del Amazonas, la cuenca del Congo, el Gran Mekong y otras regiones cercanas al ecuador. Pero también trabajamos en las regiones templadas, como el Lejano Oriente Ruso y los Estados Unidos.

CAMBIO CLIMÁTICO Creando un mundo resistente al clima, sin emisiones de carbono e impulsado por energías renovables

Nuestro mundo está cambiando más rápido de lo previsto. Las fuentes de agua se están reduciendo, el rendimiento agrícola está disminuyendo, nuestros bosques se están incendiando y el mar está aumentando su nivel y acidez, en parte debido al calentamiento global. A medida que el entorno cambia a nuestro alrededor, también cambia nuestro estilo de vida. El valor de las propiedades ubicadas en las costas está decayendo en función al aumento de las primas de los seguros; las sequías están reduciendo la disponibilidad tanto de alimento para el ganado como de agua para los agricultores de Estados Unidos; más polen y polvo en el aire están aguidizando los problemas relacionados con el asma y las alergias en niños y adultos.

En WWF creemos que podemos luchar contra esta amenaza y construir un futuro más seguro, más saludable y más resistente para las personas y la naturaleza. Debemos replantear la forma en que producimos y consumimos la energía, los alimentos y el agua; debemos proteger los bosques del mundo y ayudar a las personas a prepararse para un mundo cambiante.

Para llegar a un futuro como ése se requerirá la participación de todos, lo bueno es que vamos por buen camino. De manera colectiva, las personas están usando su voz para exigir cambios. Las empresas están invirtiendo en energías limpias y están creando empleos locales relacionados e impulsando economías más fuertes. Las comunidades están rediseñando sus carreteras, construcciones, aeropuertos y vías férreas para hacerlos más resistentes a los constantes cambios del clima. Y las naciones alrededor del mundo se han comprometido a cumplir con el Acuerdo de París, un trascendental plan global para frenar el cambio climático.

Durante décadas, WWF se ha comprometido con millones de personas en Estados Unidos, empresas pioneras y líderes gubernamentales para prepararnos y hacer frente al inevitable cambio y reducir las emisiones que alimentan al cambio climático.

OCÉANOS Un océano resistente puede sostener la vida marina y los ecosistemas funcionales, que a su vez mantienen la abundante biodiversidad, la seguridad alimenticia y los medios de vida sustentables

Nuestro planeta depende de la salud de sus océanos. Estos vastos cuerpos de agua cubren más de dos tercios de la superficie de la Tierra y son el hogar de algunos de los organismos más espectaculares y admirados. Los océanos regulan nuestro clima, producen la mitad del oxígeno que respiramos, alimentan el ciclo del agua que produce la lluvia y el agua dulce, dan sustento a millones de personas y proporcionan alimento para casi 3 mil millones de personas.

Pero hoy en día, las reservas oceánicas están sobreexplotadas, lo cual pone en riesgo a innumerables comunidades alrededor del mundo debido a la inseguridad climática, económica y alimenticia que esto genera. El desarrollo insostenible, impulsado por el crecimiento de la población humana, ha debilitado los ecosistemas oceánicos. Y la tecnología moderna está acelerando el ritmo del cambio en todo el planeta.

En WWF estamos trabajando en colaboración con otras entidades para apoyar las ideas de conservación más brillantes que se enfoquen en asegurar un océano más resistente por medio de prácticas de pesca sostenibles y la protección de regiones importantes como el Ártico y los manglares amenazados.

Los problemas que enfrentamos van más allá de las fronteras, al igual que nuestros esfuerzos. WWF está posicionado estratégicamente para activar una red global de expertos y activistas que nos ayudan a enfrentar los desafíos más importantes para la conservación de los océanos.
 

VIDA SILVESTRE Buscamos asegurar que las especies más emblemáticas del mundo, como los tigres, rinocerontes y elefantes, estén protegidas y recuperándose en sus hábitats naturales

Salvar la naturaleza es el eje central de nuestro trabajo en WWF. Por más de 50 años, nuestra misión ha sido encontrar soluciones que ayuden a salvar la maravillosa variedad de vida en nuestro planeta, haciendo uso de la mejor ciencia a nuestro alcance y trabajando en estrecha colaboración con las comunidades locales.

Pero nuestro trabajo aún no termina. Los seres humanos son responsables del ritmo al cual las especies se están extinguiendo, que es por lo menos cien o mil veces más alto de lo previsto por la naturaleza. El Informe Planeta Vivo 2016 de WWF indica que las poblaciones mundiales de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles han disminuido un 58% entre 1970 y 2012.

El impacto va mucho más allá de la potencial pérdida cultural de especies emblemáticas como los tigres, rinocerontes y ballenas.

La buena noticia es que también somos testigos de lo que sí está funcionando. WWF ha sido parte de exitosas historias de recuperación de vida silvestre como el rinoceronte negro, en el sur de África, y los antílopes negros, en el Himalaya, por ejemplo. Conservar a las especies ayuda, al mismo tiempo, a proteger ricos y variados ecosistemas y a que las personas continúen beneficiándose de la naturaleza.

Al menos nos queda claro: no podemos darnos el lujo de fracasar en nuestra misión de salvar un planeta vivo.