El deseo del amor
Pocas especies del reino animal viven según nuestros ideales románticos
La idea romántica de encontrar una pareja para toda la vida es principalmente una aspiración de los seres humanos. De hecho, solo un puñado de animales se cree que se “emparejan de por vida”.
Aves y mamíferos
En el mundo natural, la monogamia tal como la conocemos es más común en las aves que en los mamíferos. Entre las aves más monógamas se encuentran los pingüinos, grullas, palomas, loros, cisnes, gansos, palomas y albatros.
Los expertos estiman que sólo el 5% de todas las especies de mamíferos (excluyendo a los humanos) son monógamos, en comparación con casi el 90% de todas las especies de aves. La monogamia se define como un sistema de apareamiento en el que un macho se empareja con una sola hembra en una temporada de reproducción. Entre los mamíferos que se cree que viven en parejas monógamas están los gibones, lobos y castores.
Los gibones, así como los orangutanes y los gorilas, son simios antropoides, los primates que más se parecen a los humanos física y conductualmente. Los gibones macho y hembra se consideran monógamos. Se unen para toda la vida y forman una familia que permanece unida hasta que la descendencia crece y se va de casa. El vínculo entre la pareja se ve reforzado por las horas que pasan acicalándose.
Por otra parte, poco se sabe de la vida sexual del tímido orangután ya que rara vez se reproduce en cautiverio y es difícil observarlo en el denso bosque en el que vive.
“Por mucho que nos guste la idea de las almas gemelas para toda la vida, los ideales románticos de la humanidad en realidad no se aplican a las especies silvestres que solo siguen las leyes de la naturaleza que necesitan para sobrevivir”
Ginette Hemley
Vicepresidenta de conservación de vida silvestre
Cuestión de necesidad
"Por mucho que nos guste la idea de las almas gemelas para toda la vida, los ideales románticos de la humanidad en realidad no se aplican a las especies silvestres que solo siguen las leyes de la naturaleza que necesitan para sobrevivir", menciona Ginette Hemley, vicepresidenta de conservación de vida silvestre.
La cantidad de tiempo que los padres necesitan invertir para criar una descendencia viable parece ser la razón principal por la que algunos animales son monógamos. En el caso de las aves se requiere a uno de los padres para incubar los huevos en el nido, mientras que el otro debe recolectar alimento para llevarlo al nido, tarea que puede implicar volar grandes distancias. Cuando llega el momento para las crías de huir del nido, una nueva temporada de reproducción está por comenzar, por lo que las aves papás pueden decidir permanecer juntas y aparearse nuevamente simplemente para ahorrarse el tiempo que necesitarían para buscar una nueva pareja.
En cambio, en los mamíferos, las hembras se reproducen a través del crecimiento interno de un embrión y luego desarrollan glándulas mamarias que producen leche, fuente de alimento para los recién nacidos. Sin la responsabilidad inmediata de cuidar a la cría, el mamífero macho es libre de buscar otros enlaces sexuales. Cuando los mamíferos son monógamos generalmente se debe a que la participación masculina en la crianza es necesaria, como el caso del entrenamiento de los lobos jóvenes para que aprendan a cazar.
Desviarse del nido
Algunas aves se involucran en lo que los científicos llaman cópulas con parejas adicionales. En tales casos, el ave macho tiene una pareja principal a la que ayuda a criar a los polluelos, luego adquiere una pareja secundaria cuyas crías no reciben ningún beneficio paterno. El pájaro macho debe sopesar el beneficio de este emparejamiento secundario con el riesgo de que su hembra principal pueda aparearse con sus rivales durante su ausencia.
- Temas relacionados: