La planeación de mega represas en Argentina amenazan al río Santa Cruz, la vida silvestre, los medios de subsistencia y al glaciar Perito Moreno
- Fecha: 07 mayo 2019
Cada cierto número de años, en el suroeste de Argentina, al borde de los Andes patagónicos, un masivo arco se desploma hacia las aguas del lago Argentino. No es de concreto o piedra, sino de hielo del glaciar Perito Moreno, uno de los cuerpos de hielo más grandes de Sudamérica. Este dramático acontecimiento que generalmente ocurre en marzo y es ocasionado por el derretimiento del agua del glaciar, atrae a una gran cantidad de turistas que esperan presenciarlo.
Sin embargo hoy, debido a un proyecto hidroeléctrico que no ha cumplido con las leyes de protección ambiental, el glaciar Perito Moreno podría sufrir daños irreparables y su famoso arco podría desaparecer para siempre.
La amenaza de las mega represas
El destino del glaciar Perito Moreno está ligado al río Santa Cruz, que se extiende desde el lago Argentino hasta el océano Atlántico. Un par de mega represas en construcción a orillas del río podrían inundar más de 135 millas cuadradas de la región, un área casi dos veces tan grande como Buenos Aires y transformar al milenario y extenso río glaciar que fluye libremente en Argentina en una serie de piscinas de agua salobre.
El proceso de aprobación y construcción del complejo hidroeléctrico ha estado caracterizado por la negligencia legal, dice Manuel Marcelo Jaramillo, director general de la Fundación Vida Silvestre Argentina o FVS, organización asociada a WWF desde 1988. “Para la construcción de cualquier represa, la ley argentina exige una detallada evaluación de impacto ambiental que sea compartida con el público antes de que la construcción de inicio”, añade Jaramillo. "Pero Represas Patagonia, la compañía que administra el proceso, comenzó a construir las represas en 2016 sin dicha evaluación".
La Corte Suprema de Argentina intervino para suspender la construcción hasta que se cumplió con el requisito legal, no obstante la evaluación de impacto ambiental resultante fue apresurada y no permitió la participación pública adecuada, comenta Jaramillo. Además, la evaluación cubrió solo una parte del entorno que podría verse afectado por el proyecto.
“Aún no sabemos todos los posibles impactos negativos que estas represas podrían causar ", dice Jaramillo. Pero FVS y otros grupos ecologistas saben lo suficiente como para preocuparse.
Salvando un ecosistema bajo amenaza
El río Santa Cruz es hogar de una gran cantidad de peces migratorios y otros animales silvestres, incluyendo el macá tobiano, un ave en peligro crítico que se encuentra solo en la provincia de Santa Cruz. Finalizar la construcción de las represas podría impedir que los peces se desplacen entre los importantes lugares de alimentación y desove, al igual que podría acabar con algunos de los hábitats que aún quedan para el macá tobiano. El proyecto también podría alterar los procesos hidrológicos naturales que soportan al glaciar Perito Moreno, una de las atracciones turísticas más grandes del país. Y la incorporación de dos enormes represas y múltiples líneas eléctricas a una región famosa por su entorno inalterado y silvestre también podría impactar negativamente al turismo local, del cual muchas comunidades locales dependen para obtener ingresos.
La demanda de energía eléctrica en Argentina ha crecido rápidamente en la última década. Si continúa a este ritmo, la red de energía del país necesitará un 40% más de capacidad para el año 2025. Jaramillo dice que la solución a ese problema no reside en las represas, las cuales tienen un gran impacto ambiental y un ciclo de vida corto, sino en la combinación de fuentes de energías renovables como la eólica y la solar, que abundan en Argentina.
"No es demasiado tarde para detener la construcción de estas represas y destinar ese presupuesto en energías renovables", comenta Jaramillo. Al hacerlo, se podría garantizar que nada se derrumbase entre el glaciar Perito Moreno y el río Santa Cruz, excepto por un famoso arco de hielo.
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