P: ¿Por qué hay tantos tigres cautivos en Estados Unidos y cómo afecta esto a las poblaciones de tigres silvestres?

LH: Los tigres no son nativos de Estados Unidos; la mayoría de los tigres que se encuentran en cautiverio son propiedad privada y se encuentran en centros de atracciones, o como mascotas. Solo un pequeño porcentaje se mantiene dentro de zoológicos acreditados por la Asociación de Zoológicos y Acuarios (AZA) u otras instalaciones donde el bienestar de los animales y su conservación es una prioridad. Actualmente, para regular la propiedad de los tigres cautivos, Estados Unidos cuenta con una serie de piezas de leyes federales, estatales y locales, lo que significa que ninguna agencia gubernamental tiene un mapeo completo de dónde se encuentran todos estos animales en el país, quiénes son los dueños, cuándo se venden o intercambian y qué sucede con sus valiosas partes cuando mueren. Estas lagunas pueden permitir que las partes del cuerpo de los tigres se introduzcan en el mercado ilegal mundial de vida silvestre, lo cual fomenta la demanda de partes de animales. Cuando los productos derivados de los tigres cautivos entran al comercio ilegal de vida silvestre, resulta más complejo aplicar la ley ya que es difícil distinguir entre las partes de tigres que fueron criados en cautiverio o de tigres silvestres.

P: ¿Cómo podrá ayudar la Ley de Seguridad Pública de Grandes Felinos (BCPSA, por sus siglas en inglés) a proteger los tigres en Estados Unidos?

LH: En este momento existen alrededor de 5,000 tigres en cautiverio en Estados Unidos. La mayoría son propiedad privada y a menudo están expuestos a interacciones forzadas con el público, con horarios para demostraciones o fotografías con los visitantes. Ante la compleja legislación actual sobre la propiedad de los tigres en Estados Unidos, es difícil rastrear y monitorear a estos animales. De aprobarse, la BCPSA proporcionará la uniformidad que se necesita a nivel nacional, permitiendo la propiedad de los tigres en Estados Unidos únicamente a las instalaciones que cuenten con una licencia federal. Además prohibirá cualquier contacto del público con los cachorros. Esto no solo mejorará los estándares de bienestar así como la salud y seguridad públicas, sino que reducirá el riesgo de que estos tigres y sus partes entren al comercio ilegal de vida silvestre. Contar con regulaciones más estrictas permitirá una mejor supervisión y protección de los tigres cautivos que se mantienen y crían en Estados Unidos.

P: ¿Crees que hay alguna legislación adicional de Estados Unidos que sea necesaria para ayudar a proteger y conservar a los tigres?

LH: La aprobación de la BCPSA será un gran paso en torno a la protección de los tigres, tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Dicho esto, aprobar la ley es solo el primer paso; también debe hacerse cumplir para que sea eficaz. Asegurar que haya suficiente financiamiento para que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos haga cumplir efectivamente la BCPSA. Además, se necesita mayor financiamiento para que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos prevenga y detecte efectivamente el comercio ilegal de tigres en el país.

P: ¿Cuáles son las principales diferencias entre las instalaciones de tigres cautivos en Estados Unidos y las granjas de tigres asiáticos?

LH: Las granjas de tigres en Asia son instalaciones construidas con la intención de criar tigres para la venta así como para el comercio de sus partes. WWF está trabajando para garantizar que los gobiernos de China, Laos, Tailandia y Vietnam se comprometan a eliminar gradualmente estas granjas, ya que la evidencia muestra que mucha gente está involucrada en el tráfico ilegal. En cambio, los tigres en Estados Unidos son mantenidos principalmente en instalaciones donde son exhibidos públicamente o con fines de entretenimiento, o se mantienen como mascotas.