Cuna del virus: por qué los bosques son la fuente y la solución de los patógenos emergentes

Los corazones, o la porción más importante de los bosques más antiguos e intactos del planeta son los centros de evolución y diversidad biológica mundial, diversidad que en su mayor parte es desconocida y microscópica. Para un biólogo, estos "bosques primarios" son catedrales naturales que aún albergan una innumerable cantidad de especies no descubiertas. Para un epidemiólogo, contienen un gran foco de patógenos nuevos y peligrosos. La diversidad biológica no solo se refiere a las criaturas más bellas o carismáticas.

Estos lugares, que valoramos por sus beneficios culturales, medicinales y económicos inherentes, también son el hogar de millones de especies microbianas no descritas, lo cual es bueno ya que algunos de nuestros antibióticos más potentes también provienen de estas áreas. Tantas bacterias y virus juntos en un solo lugar deben competir entre sí por los recursos; es ésa misma diversidad la que evita los brotes de los contagios más dañinos. A menudo, cuando la diversidad natural se pierde o cuando estos patógenos encuentran nuevos huéspedes en el ganado o las personas –conforme se alteran sus ecosistemas- algunos de ellos escapan y dañan a las personas.

Dawei Road, Dawna Tenasserim

La carretera de Dawei conecta el puerto de aguas profundas de Dawei en Tanintharyi, Borneo, con Tailandia. La construcción de la carretera ha expuesto áreas previamente remotas a la explotación comercial, la degradación y la conversión de los bosques, lo que al mismo tiempo limita el desplazamiento de la vida silvestre que reside en estas áreas.

La aparición y propagación de agentes patógenos de estos lugares a las personas se puede separar en tres componentes distintos de riesgo¹:

  • Riesgo 1 (Peligro): ¿Están los animales enfermos o muriendo por enfermedad? ¿y dónde?
  • Riesgo 2 (Exposición): ¿Existe más contacto entre las personas y la vida silvestre que conduzca a una mayor exposición a nuevos patógenos?
  • Riesgo 3 (Susceptibilidad): ¿Hay animales cuyos patógenos puedan transferirse a los humanos con mayor facilidad o existen situaciones humanas que debiliten el sistema inmunológico?

La pérdida y degradación de los bosques ya representan una importante amenaza para la salud global, el clima, la seguridad y el crecimiento económico. Las investigaciones también señalan que la aparición de nuevas enfermedades es alta en regiones tropicales, biodiversas e históricamente boscosas que están experimentando cambios en el uso del suelo². A medida que los entornos cambian y las áreas naturales se destruyen, degradan y reutilizan para el uso humano, la presión incrementa cada vez más los elementos de riesgo:

  1. La vida silvestre con hábitats degradados tiende a amontonarse en fragmentos de bosque o hábitats con más individuos. Esta densidad relativa más alta de la población es un peligro que aumenta la enfermedad entre los individuos en poblaciones de vida silvestre.
  2. Conforme la tierra se deforesta y degrada, los habitantes se ven más expuestos a poblaciones de animales enfermos o los vectores de esas enfermedades, como los mosquitos. Estas comunidades comúnmente se encuentran en áreas remotas -a la cuales se accede por nuevos caminos- y dependen de la caza para su sustento.
  3. La susceptibilidad de las personas a infecciones de otros animales aumenta, tanto porque los vectores de enfermedades comunes, como de roedores, murciélagos y ganado, tienden a sobrevivir bien en presencia de las personas, y porque la susceptibilidad de una comunidad a la propagación de patógenos y la mortalidad por enfermedades se amplifica aún más por muchos de los impactos de la deforestación y la degradación ambiental: pobreza, desnutrición, enfermedades respiratorias y mala calidad del agua y el aire.

Durante mucho tiempo los científicos han manifestado su preocupación ante las condiciones que permiten cada vez más los brotes de enfermedades como Covid-19. Mitigar el riesgo de otro nuevo coronavirus requerirá esfuerzos concertados para vincular las disciplinas de conservación y salud pública, y para conservar y restaurar la integridad del bosque y comprender cómo la planificación del uso del suelo, particularmente la construcción de carreteras e infraestructura, puede ayudar a contener las enfermedades de la naturaleza. Mientras no se tomen en cuenta las condiciones que alinean estos tres mecanismos de riesgo emergente de las enfermedades infecciosas -un punto que ha sido bien recalcado por Carter Roberts, CEO de WWF-US- tendremos que comenzar desde hoy a prepararnos para la próxima pandemia.

¹ Hosseini, P.R., Mills, J.N., Prieur-Richard, A.-H., Ezenwa, V.O., Bailly, X., Rizzoli, A., et al. (2017). Does the impact of biodiversity differ between emerging and endemic pathogens? The need to separate the concepts of hazard and risk. Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, 372, 20160129. https://doi.org/10.1098/rstb.2016.0129

² Allen, T., Murray, K.A., Zambrana-Torrelio, C., Morse, S.S., Rondinini, C., Marco, M.D., et al. (2017). Global hotspots and correlates of emerging zoonotic diseases. Nat Commun, 8, 1–10. https://doi.org/10.1038/s41467-017-00923-8