El rescate de un reptil deriva en una increíble toma
- Autor: Javier Aznar
FOTÓGRAFO: Javier Aznar
BOSQUE TROPICAL DEL CHOCÓ: MASHPI, ECUADOR
Serpientes cabeza de cobre, boca de algodón y de cascabel, ¡increíble! No todas las serpientes muerden, pero las que lo hacen son a las que mejor conocemos. Cuando las personas no pueden diferenciar en su jardín entre una serpiente peligrosa y una inofensiva -que mantiene alejados a los roedores y las plagas-, todo tipo de serpientes pueden ser aniquiladas por temor.
Hace algunos años cuando me hospedaba cerca del bosque tropical en las afueras de Quito, un habitante local me trajo esta serpiente bejuca hembra (Oxybelis aeneus) para identificarla y reubicarla. La especie es ligeramente venenosa y no representa una amenaza para los humanos. Pero debido a que la serpiente se parecía vagamente a la muy venenosa terciopelo (Bothrops ásper), que ocasiona la mayoría de los conflictos entre los humanos y las serpientes del área, la llevé a las profundidades del bosque por su propia seguridad.
Las serpientes son muy difíciles de fotografiar. En un día normal, esta especie de serpiente bejuca permanece en lo alto del dosel del bosque, alejada de las personas y las cámaras. Rescatarla me presentó una oportunidad especial de fotografiarla en la naturaleza.
Al soltar la serpiente en la base de una palmera con raíces espinosas, ella abrió su boca negra advirtiéndome que no me acercara demasiado. Cuando retrocedí, ella comenzó a trepar y momentos después había desaparecido entre la vegetación, como una verdadera dueña de su entorno.
- Temas relacionados: