El rol de "Occidente" en el comercio de tigres

El tráfico ilegal de tigres es considerado por WWF como la mayor amenaza para la conservación y supervivencia de estos animales. Hay menos de 4,000 tigres en estado silvestre, la demanda de tigres y sus partes está llevando a estos felinos a la extinción. Si bien los tigres silvestres se encuentran en solo 13 países asiáticos, el tráfico ilegal de vida silvestre de partes y productos de tigres cautivos proviene de todos los rincones del mundo.

Nuevos hallazgos demuestran que la débil regulación y legislación de las instalaciones de tigres cautivos en la Unión Europea (UE) y el Reino Unido están ayudando a fomentar este comercio ilegal. Pese a la protección que tienen los tigres por parte de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la UE y el Reino Unido continúan comerciando tigres vivos criados en cautiverio -así como productos de tigre- con países donde se sabe que las granjas de tigres alimentan el tráfico ilegal de tigres como China, Tailandia y Vietnam.

En total, entre 2013 y 2017 se registraron 111 exportaciones directas de tigres de la UE, 103 de las cuales fueron tigres vivos; y un total de 165 reexportaciones de tigres de la UE, 84 de las cuales fueron tigres vivos. Los datos forman parte de un nuevo informe, realizado conjuntamente entre WWF y TRAFFIC, que investiga la legislación nacional, las políticas y la aplicación de la ley respecto al mantenimiento, cría y descarte de tigres y sus partes en la UE.

El reporte, Falling through the system: The role of the European Union captive tiger population in the trade of tigers, revela regulaciones débiles, controles de cumplimiento ineficientes y ningún sistema integral para monitorear los tigres cautivos en la UE y el Reino Unido. Las inspecciones de las instalaciones son poco frecuentes y los procedimientos para deshacerse de los tigres después de su muerte están débilmente legislados sin una supervisión gubernamental integral. En muchos países, los dueños privados y/o los circos aún pueden tener tigres. Existen lagunas legales que deben abordarse a nivel nacional y de la UE para garantizar que los tigres y sus partes no ingresen al tráfico ilegal de vida silvestre.

Una crisis más cerca de lo que pensamos

Hay al menos 850 tigres en la UE y el Reino Unido, según la organización de bienestar animal Four Paws. En Estados Unidos hay alrededor de 5,000 tigres cautivos. Una cantidad asombrosa que supera en número a los tigres en la naturaleza. Las cifras de Estados Unidos se atribuyen en gran parte a instalaciones privadas, como centros de atracciones en las carreteras o tigres que se tienen como mascotas. Solo un pequeño porcentaje se mantiene en zoológicos acreditados por la Asociación de Zoológicos y Acuarios (AZA) u otras instalaciones donde el bienestar y la conservación es prioritario. Estados Unidos, al igual que la UE y el Reino Unido, cuenta actualmente con solo retazos de leyes para regular la propiedad y el comercio de los tigres.

Estados Unidos carece de una agencia central responsable de identificar a los tigres en poder de propietarios particulares y es incapaz de señalar dónde se encuentran, cuándo se venden o intercambian, o qué sucede con sus partes cuando mueren. Las regulaciones inconsistentes y las lagunas que aún existen permean el manejo de los tigres en Estados Unidos y podrían fácilmente permitir a estos ejemplares ingresar al tráfico ilegal de vida silvestre a nivel global.

Ante las actuales regulaciones de los tigres en Estados Unidos resulta increíblemente difícil rastrear y monitorear a estos animales. Para rectificar la inadecuada legislación existente, WWF está invitando a sus seguidores a firmar una petición para que se apruebe la Ley de Seguridad Pública de Grandes Felinos (BCPSA, por sus siglas en inglés) que requiere permisos federales para todos los tigres en Estados Unidos.

Un llamado a la acción

Hoy, Estados Unidos tiene la oportunidad de convertirse en un líder en la conservación mundial de los tigres. Para hacerlo, debemos gestionar estas amenazas de conservación en nuestro propio territorio si queremos lograr que otros gobiernos sigan nuestro ejemplo. El liderazgo de Estados Unidos, demostrando un estricto control sobre los tigres cautivos, puede servir como estándar sólido para acabar con el tráfico ilegal de tigres. De lo contrario, los tigres cautivos continuarán fomentando el comercio ilegal de tigres y amenazarán la conservación de los tigres silvestres. Una vez aprobada, la BCPSA ayudaría al mundo a dar un paso más para asegurar un mejor futuro para los tigres silvestres.