En el Ártico, los lugares que antes estaban protegidos ahora están expuestos
- Fecha: 26 abril 2020
- Autor: Margaret Williams
Tras una década del peor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos, el gobierno federal está intentando revocar medidas de protección que impiden la exploración de petróleo y gas en altamar en el Ártico, por lo que el futuro de estos lugares permanece en el limbo legal. Además, en las aguas del norte, los períodos más largos sin hielo han propiciado un drástico incremento del transporte comercial, lo que aumenta el riesgo de derrames de petróleo.
En los mares de Chukchi y de Beaufort, así como la región del estrecho de Bering, las aguas someras sirven como áreas de alimentación y crianza para numerosas especies de mamíferos marinos como las ballenas de Groenlandia, ballenas beluga, ballenas de aleta, ballenas jorobadas, ballenas grises, las morsas y las focas que dependen del hielo. Los osos polares transitan libremente por toda el área; la mayor parte de ellos se queda en los parches de hielo pero en ocasiones se refugia en las costas. Los estuarios y lagunas a lo largo de las costas de Chukchi, Beaufort y Bering albergan un gran número de aves marinas, aves playeras y aves acuáticas migratorias y residentes como los colimbos de Adams y chico, la barnacla carinegra y los eideres común, de anteojos y real. Miles de personas de las comunidades Iñupiaq, Yup’ik central, Yup’ik siberiano y Chukchi también residen en la región y su cultura y tradiciones dependen de la abundancia del mar.
Para proteger estos ecosistemas (ya amenazados por el clima) de la presión adicional que ejerce sobre ellos la exploración de petróleo y gas, el presidente Obama bloqueó las nuevas perforaciones de petróleo y gas en casi todas las áreas del Mar de Chukchi y el Mar de Beaufort. También designó un área de 72 millones de acres (29 millones de ha), frente a la costa oeste de Alaska, como Área de Resiliencia Climática del Mar del Norte de Bering; estableció una Comisión Especial; y protegió una gran parte del petróleo y el gas. Hoy en día, estos lugares de gran importancia ecológica en el Ártico corren el riesgo de perder su estatus de protección y quedar a disposición de la exploración de petróleo y gas a gran escala.
En 2017, el presidente Trump emitió una orden ejecutiva que revoca las reglas que prohibían el arrendamiento de petróleo en altamar en los mares de Chukchi y Beaufort. La administración Trump también revocó la designación del Área de Resiliencia Climática del Mar del Norte de Bering, incluyendo la protección que ofrecía del arrendamiento de petróleo y gas. Ambos casos ahora están bajo revisión en el sistema judicial. Independientemente del litigio, la gran Área de Resiliencia Climática del Mar del Norte de Bering y su Comisión Especial permanecerán inactivas a menos que una futura administración los restablezca.
El combinado efecto de estos retrocesos representa una drástica disminución en la seguridad del Ártico de Estados Unidos tanto para las personas como para la naturaleza. Recuperar las regulaciones inteligentes y la protección del área en todo el Ártico debería ser una prioridad, sin embargo estas medidas no serán suficientes. Conforme incrementa el tráfico de barcos que favorecen la Ruta del Mar del Norte, la cual acorta la distancia entre Europa y Asia, los lugares clave para la biodiversidad del Ártico, como el Estrecho de Bering –al igual que las personas que viven allí-, corren cada vez más peligro.
Con los grandes impactos que ya se pueden sentir en la región debido al cambio climático, es más importante que nunca protegerse contra una posible amenaza de derrame de petróleo, incluidos los accidentes derivados del transporte los cuales tienen el potencial de ocasionar un desastre. Si bien la política más importante es prevenir los derrames de petróleo, los requisitos de preparación y respuesta ante los derrames de petróleo, las capacidades de comunicación y capacitación para el personal de respuesta local, y los fondos necesarios para llevar a cabo éstas y otras medidas son esenciales para esta remota región.
La infraestructura marítima limitada representa un gran desafío para la capacidad de respuesta ante derrames de petróleo en el Ártico. La estación más cercana de la Guardia Costera de Estados Unidos está a mil millas (1,600 km) de distancia en Dutch Harbor, en las Islas Aleutianas. En el área, a medida que incremente el tráfico y posiblemente se amplíe y haga más profundo un puerto en Nome, se deben aumentar las medidas de prevención y respuesta de emergencia. El gobierno federal también debería considerar instituir una presencia de la Guardia Costera a través de un servicio de tráfico de embarcaciones (similar al control de tráfico aéreo) en la región del Mar de Bering, con una posible expansión futura a otras áreas del Ártico.
La cooperación internacional también jugará un papel importante en la protección del Ártico. Estados Unidos y Rusia se han asociado exitosamente para establecer rutas de envío y áreas que deben ser evitadas (o ATBA, por sus siglas en inglés) para proteger los hábitats clave para la vida silvestre y las áreas de subsistencia en la región del Mar del Norte de Bering. Una cooperación bilateral similar entre Estados Unidos, Rusia, Canadá y las demás naciones del Ártico será de gran ayuda para proteger los ecosistemas y comunidades más vulnerables del Ártico ante las múltiples amenazas que enfrentan.
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