La crisis climática ya está aquí. Aún podemos cambiar el rumbo.

Margaret Ackerley stands on a wooded hillside looking off into the distance © Courtesy of Margaret Ackerley

Margaret Ackerley es vicepresidenta senior y consejera general de WWF

Hace más de dos décadas, cuando por primera vez llegué a WWF, con frecuencia hablábamos sobre el sueño de hacer que “nuestras” preocupaciones fueran las preocupaciones de todos. Tomando en cuenta la cobertura actual de los medios de comunicación, diría que ese objetivo se ha cumplido, aunque no de la manera que hubiésemos deseado: no imaginamos que las preocupaciones de conservación fueran a posicionarse en la opinión pública debido a los titulares sobre incendios forestales, calor, sequía y tormentas.

El sexto informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas, que evalúa el estado más reciente de la ciencia climática global, no deja espacio para el debate: debemos actuar colectivamente ante la crisis climática y debemos actuar hoy.

“Espero que en el futuro veamos hacia atrás y recordemos el verano del 21 como un parteaguas, el momento en que la humanidad se dio cuenta de lo que estábamos haciendo y cambió el rumbo”

Margaret Ackerley
Vicepresidenta senior y consejera general de WWF

A menudo se dice que la crisis climática es a la vez el problema político más importante de nuestros tiempos y el más difícil de resolver, especialmente debido a que históricamente presentó una tormenta perfecta de factores que favorecieron la inacción: requirió acciones (y costos) a corto plazo contra un problema "distante"; el problema en sí parecía teórico para muchos; y la solución requería una acción colectiva en todo el mundo.

Ahora estamos en una situación distinta. La comunidad conservacionista recibe ayuda de nuestro mensaje, desafortunadamente, ante la indiscutible y directa evidencia de lo que está en riesgo. La inacción significará ver un planeta que se vuelva cada vez más incompatible para la supervivencia de las especies, incluida la nuestra. Ahora bien, lo que durante mucho tiempo han pronosticado los científicos climáticos en todas partes (sequías, incendios forestales, calor, tormentas, derretimiento, erosión y otros cambios) ya está aquí, frente a nosotros y no se puede negar.

El IPCC nos lo revela a todos directamente. Ante los hallazgos acordados por los 195 países miembros, incluyendo Estados Unidos, Rusia y China, el informe elimina cualquier duda de que los gases de efecto invernadero que atrapan el calor de la actividad humana han elevado las temperaturas promedio y continuarán haciéndolo, causando efectos devastadores específicos. Pero también arroja un bosquejo de lo que es posible si las emisiones se reducen drásticamente: aún hay esperanza.

Eso es lo que me motiva cada mañana. Me siento inmensamente agradecida por tener la oportunidad de trabajar a favor del progreso, y especialmente de poder hacerlo con increíbles colegas, socios y seguidores de WWF. En WWF y otras organizaciones hemos estado creando conciencia sobre estos temas durante décadas. Ahora es el mismo planeta Tierra quien ha tomado el megáfono.

Espero que en el futuro veamos hacia atrás y recordemos el verano del 21 como un parte aguas, el momento en que la humanidad se dio cuenta de lo que estábamos haciendo y cambió el rumbo. El tiempo se agota, pero sabemos que la visión de WWF de un mundo en el que las personas y la naturaleza prosperen se puede lograr.

Mantengámonos fuertes y sigamos adelante.