Los líderes del mundo podrían ayudar a evitar la sobreexplotación de los peces si acabaran con tan sólo una de las prácticas más dañinas

Cómo los subsidios afectan la vida marina

El océano parece infinito cuando se observa desde la costa, aunque sabemos que no es así. Lo mismo sucede con los recursos que se encuentran en el océano. Las poblaciones de peces, que alguna vez se creyó eran ilimitadas, de hecho pueden agotarse. Hoy en día, un tercio de las poblaciones de peces que se han evaluado están siendo sobreexplotadas más allá de sus límites y los peces que aún quedan no pueden soportar más presión por parte del sector pesquero.

La sobrepesca es uno de los mayores problemas que enfrentan los océanos, con consecuencias ambientales, económicas y sociales. En los últimos años, muchos gobiernos han abogado por proteger la vida en los océanos y los medios de subsistencia mediante la pesca sostenible. Pero las políticas fiscales y el presupuesto oficial cuentan una historia diferente.

El dinero es un incentivo, pero no siempre es bueno

En la pesca, el dinero representa un fuerte incentivo que puede motivar a las personas a mejorar las prácticas y financiar la gestión necesaria para reducir el impacto que la pesca tiene en el mundo natural. Pero gastar dinero de manera incorrecta también puede agravar las consecuencias de la sobrepesca.

Cada año, los gobiernos gastan hasta $20 mil millones de dólares en todo el mundo para compensar el costo de gastos como combustible, artes de pesca y construcción de nuevas embarcaciones.

A menudo, estos apoyos económicos son perjudiciales para el medio ambiente ya que fomentan que demasiados barcos pesquen de manera intensa las ya de por sí explotadas poblaciones de peces. También ayudan a grandes flotas y compañías, incluyendo las que operan en altamar a expensas de los pescadores locales que dependen de estos recursos para sobrevivir.

Algunos de los miles de millones de dólares que se reparten cada año incluso llegan a manos de operadores ilegales, situación que afecta aún más a los pescadores que operan bajo las reglas. Las operaciones ilegales con frecuencia están asociadas con delitos transnacionales como el fraude fiscal, el tráfico de drogas, la trata de personas y la esclavitud en el mar, lo que representa un riesgo de seguridad cada vez mayor para el mundo.

El alto precio que paga la naturaleza

Recientemente, Nuestro Planeta, la serie documental de Netflix, examinó el costo que la sobrepesca representa para la vida silvestre, el cual va más allá del agotamiento de los peces que alimentan a 3 mil millones de personas. Aunque también existen otras especies vulnerables que son capturadas por redes y palangres, como los tiburones, las tortugas y las ballenas.

Hacer algo al respecto hoy puede ayudar a revertir esta situación. Recientemente, las poblaciones de ballenas jorobadas se han estado recuperando. Hace tres décadas, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) prohibió la caza comercial de ballenas después de que algunas especies casi se extinguieran. Ahora podemos ver especies como las ballenas jorobadas mostrando signos positivos de recuperación. Esta es una prueba de que los acuerdos internacionales pueden representar una importante contribución para hacer frente a las mayores amenazas de nuestros océanos.

Se necesita participación internacional para eliminar los subsidios dañinos

Hace unos años, la Organización Mundial del Comercio (OMC) estableció un objetivo para adoptar un acuerdo que pondría fin a los subsidios dañinos en el sector pesquero para el año 2020. Es un objetivo importante que no podemos perder.

WWF es una de las casi 60 organizaciones que piden a la OMC llegue a un acuerdo para fines de este año. Tomar medidas ahora podría tener un impactante y positivo efecto en la salud de los océanos, contribuyendo a un mayor equilibrio que beneficie tanto a los sistemas naturales como a todos lo que dependen de la pesca.

También hay algo que tú puedes hacer.

Envíale un mensaje a los líderes mundiales pidiéndoles que se comprometan con el planeta (continuar en inglés).