Mil millones de personas amenazadas por la crisis climática

La crisis climática está calentando los océanos y derritiendo los glaciares y las capas de hielo a un ritmo sin precedentes, ocasionando un aumento del nivel del mar que podría afectar a mil millones de personas para el año 2050. Los drásticos y rápidos cambios en nuestros océanos y la criósfera -los lugares de la Tierra cubiertos de nieve y hielo- representan una de las consecuencias más dramáticas del calentamiento global.

Un reciente e importante informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) deja claro que los cambios continuarán y algunos serán irreversibles, incluso si el clima se estabiliza.

Sin embargo, adoptando medidas inmediatas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que atrapan el calor, podemos limitar algunas de las peores consecuencias de un planeta que se calienta rápidamente. Los líderes deben procurar las fuentes de energías renovables y aumentar significativamente el presupuesto destinado a la resiliencia y la adaptación climática, en otras palabras, cómo nos preparamos y respondemos ante las consecuencias del cambio climático y cómo ajustamos los estilos de vida ante una nueva realidad.

"Necesitamos urgentemente la voluntad política para poder implementar soluciones y reconocer que invertir en acciones climáticas y una mayor conservación de los océanos es una sólida inversión inicial para el futuro bienestar humano y económico", menciona Margaret Williams, directora del programa del Ártico de WWF.

Si optamos por energías renovables hoy, podremos darle a las personas y la naturaleza más tiempo para adaptarse. También necesitamos proteger y restaurar la naturaleza para ayudar a mantener los medios de subsistencia y reducir los riesgos climáticos. Por ejemplo, los manglares y los marismas a lo largo de las costas pueden ayudar a protegernos contra el clima extremo y la erosión, eliminar el carbono del aire y proporcionar refugios de cría para los peces.

"Los océanos alimentan a nuestras familias, nuestras economías y nuestro espíritu", señala Williams. "Este informe nos dice que los océanos, especialmente en las regiones polares, ya no pueden tolerar más la presión de la industrialización creada por el hombre, que opera a base de carbono”.