¿Se avecina el próximo Dust Bowl?

La pérdida de praderas en las Grandes Planicies está disminuyendo en general, pero en Dakota del Sur está aumentando.

NGP Aerial Plowprint

Dust bowl farmer raising fence to keep it from being buried under drifting sand

Entre mediados y finales de la década de 1930, las Grandes Planicies y sus habitantes se vieron impactados por enormes nubes de polvo y arena que opacaron al sol, destruyeron cultivos y afectaron al ganado, cubrieron las casas y le hicieron la vida casi imposible a una población que de por sí luchaba por sobrevivir en medio de la Gran Depresión. A medida que los cultivos de raíces poco profundas fueron reemplazando a los pastizales de esta árida región, surgieron "ventiscas negras" de sedimentos que durante casi 10 años cubrieron todo a su paso.

Desde aquella época trágica, hemos aprendido mucho sobre lo que se necesita para vivir en estas grandes praderas. Ahora podemos entender que las plantas nativas de pastizales tienen raíces increíblemente profundas que mantienen la tierra en su lugar, ayudan a almacenar agua y filtran el aire. Están especialmente adaptadas para mantener el orden en este hábitat en formas que la mayoría de los cultivos no pueden hacerlo. Y a pesar de ser inmensamente resistentes, las praderas también requieren un delicado equilibrio de pastoreo, incluyendo el de animales nativos como el bisonte, el conocimiento de su suelo, y la capacidad de prever y adaptarse a los cambios climáticos.

El Cuenco de Polvo, fenómeno conocido como Dust Bowl, es uno de esos eventos históricos cuyo alcance ha sido tan devastador, que ha sido usado como ejemplo de los errores que debemos evitar. Desafortunadamente, el último estudio de WWF sobre el alcance y el impacto de la conversión de pastizales a tierras de cultivo, que se realiza anualmente, revela que aunque esa actividad disminuyó en las Grandes Planicies en general en 2017, casi se ha duplicado en Dakota del Sur, en el mismo lapso de tiempo. El informe Plowprint Report 2018 muestra que aproximadamente 58,000 acres (23 mil ha) de pastizales fueron arados, el año pasado, en la porción del estado que corresponde a las Grandes Planicies del Norte. Y las áreas más afectadas en Dakota del Sur están entre las mismas que las impactadas por el Dust Bowl.

La conversión de pastizales a zonas de cultivo disminuyó en las Grandes Planicies en 2017 pero se ha duplicado en Dakota del Sur.

Una gran variedad de especies incluyendo al ganado y aves dependen de pastizales saludables e inalterados.

WWF está trabajando con propietarios de tierra de la comunidad ganadera para frenar la pérdida de pastizales. Tal como escribiera Rex Johnson de la South Dakota Grassland Coalition:

"Los pastizales bien manejados son esenciales para la salud ecológica y económica de los estados de las Grandes Planicies. Un ecosistema saludable de pastizales genera suelos con alta materia orgánica que proporcionan protección contra la sequía, sirve de sustento para diversas comunidades de vida vegetal y abundante vida silvestre; reduce el escurrimiento y mejora dramáticamente la calidad del agua que llega a nuestros ríos, arroyos y lagos”.

Conoce más sobre el informe Plowprint Report 2018 y lo que WWF y sus socios están haciendo para luchar por el futuro de los pastizales de América del Norte.